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Seguridad| Diálogo

Yamil Darwich

Si tuviéramos que responder a la pregunta: ¿cuál es el principal problema del presente?, tal vez contestaríamos: ¡la seguridad!, caso de nuestra Región Lagunera, que ha visto incrementado el índice de delitos con armas de fuego y otros de alta violencia, como los secuestros.

La seguridad pública es una de las preocupaciones de los gobiernos del mundo, mostrándose ineficientes, buscando alternativas de solución; La Laguna no es excepción. Al momento de escribir esta entrega, el mundo había registrado en el año 345,772 lesionados o muertos por violencia, contra 105,992, en actos de guerra, –consulte http://www.poodwaddle.com/worldclock.swf– que sin duda le dará una dimensión de los problemas del mundo y la velocidad con que se presentan.

En los pasados días 9 y 10 de agosto, la ciudad de Torreón, Coahuila, fue sede del VII Congreso Nacional de Seguridad; asistieron especialistas y personas que tienen relación directa con la atención del problema, tratando temas diversos, tales como: “Agenda Municipal para la Seguridad Pública; Inseguridad en México; Estrategias para la Seguridad Pública; Modelos de Coordinación Metropolitana en Materia de Seguridad Pública; Profesionalización del Servicio; etc.”. También informaron sobre avances en el desarrollo de bases de datos, como la “México”, para ofrecer información útil a los policías y mejorar su desempeño, por ejemplo. Asistieron proveedores de equipos computarizados para la seguridad y hasta vendedores de químicos detectores de farmacodependencias.

La Dirección de Policía Preventiva Municipal de Torreón, presentó un video con los planes, logros y estrategias para llegar a ser “la mejor Policía del norte de México”, entre ellos el Sistema de Emergencia 066, que dijeron les permite tener reacción, en promedio, en los tres y medio minutos posteriores de recibir una llamada; “Agente 00 Corrupción”, orientado a la educación de niños y planes de crear el Centro de Reacción Inmediata; también se comprometieron acreditarse en la Comisión para la Acreditación de Agencias de Seguridad Pública.

Ya desde antes, publicaron “Diez Valores del Policía de Torreón”, que enuncian la honestidad, lealtad, espíritu de servicio, compromiso, respeto, valentía, responsabilidad, competitividad, disciplina y orgullo, como las particularidades de quienes portan el uniforme.

Comprendemos que es un propósito, que como tal es medible y esperemos alcanzable durante la gestión de la Administración actual. Lo visible, son las buenas intenciones para el trabajo y disposición del director de Seguridad Pública Municipal, que cumple con aquello de la “actitud para el logro de objetivos”. Comprometerse por escrito, al menos es avance.

La seguridad tiene relación directa con un círculo virtuoso que inicia con leyes adecuadas y aplicación de las mismas, requiere como requisitos indispensables la intencionalidad y honradez de quienes velan por su correcta aplicación, generando como consecuencia, altos índices de seguridad.

Desde luego que participan otros muchos factores, entre ellos: fundamentalmente los buenos niveles de educación entre la población de la sociedad en cuestión y suficiente de atención a la calidad de vida personal y familiar –incluidos los ingresos–.

Desgraciadamente, estamos inmersos en un proceso contrario; circulo vicioso alimentado por la marcada impunidad en todos los niveles –los ejemplos los dejo a las notas periodísticas del día– que favorece la corrupción y se retroalimenta con ella, dejando como consecuencia negativa incrementos constantes en índices de criminalidad e inseguridad.

Ambos círculos, al ser estudiados, dejan ver la constante entre las cifras estadísticas y la calidad de vida que tienen los ciudadanos en las ciudades de referencia.

La O.N.U., da algunos datos orientadores en relación a la violencia y corrupción en algunas metrópolis del mundo, siendo la más alta Tirana, Albania, donde el 59.1% de la población total ha padecido algún agravio; Maputo, Mozambique, con 30.5% de habitantes ofendidos o Buenos Aires, Argentina, con 30.2% –el informe anota los últimos censos, los más antiguos de 1999, y México no aparece en ellos–.

De siempre es conocida la limitante de educación y bajos ingresos que desembocan en malos servicios de seguridad, problema que ya había sido estudiado desde los setenta en el Distrito Federal y que hasta la fecha no ha tenido solución. Otro círculo vicioso, difícil de resolver, es la deficiente educación generadora de pobreza.

Si en otras ocasiones hemos señalado las malas acciones de algunos funcionarios del municipio, es justo decir que el logro, al traer estudiosos a analizar la seguridad pública a la Comarca Lagunera, es acertado, como dijeran los profesores de antaño: “algo bueno se nos podrá pegar”.

Este esfuerzo alienta y muestra ocupación en la atención del problema y no puede quedar ahí; es necesario mayor apoyo de autoridades y organizaciones paralelas para continuar con “el dedo en el renglón”, sobre todo, generar confianza y conciencia entre los ciudadanos para que participemos en la mejora de los servicios policiacos; denunciar y cumplir leyes y reglamentos serán buen aporte de nuestra parte. ¿Acepta participar?

ydarwich@ual.mx

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