La ejecución de dos policías municipales el pasado martes, fue el pretexto que desencadenó un nuevo enfrentamiento entre el Municipio y el Estado quienes mutuamente se acusaron de las fallas en la activación del “Código Rojo” lo que retrasó la respuesta de las diferentes corporaciones policiacas.
Muy temprano el miércoles por la mañana el alcalde de Torreón, José Ángel Pérez, acusó el Gobierno del Estado de no activar el “Código Rojo” y no apoyar a la Policía Municipal en la búsqueda de los presuntos asesinos de dos agentes. Ese mismo día pero por la tarde Fausto Destenave, secretario de Seguridad de Coahuila, así como Jesús Torres Charles, procurador del Estado, descalificaron las acusaciones del Ayuntamiento y en contraparte cuestionaron el porqué Alfredo Castellanos, titular de Seguridad Pública de Torreón, no portaba su radio MATRA para que él inmediatamente activará el “Código Rojo” sin necesidad de llamar al 066.
En medio de estos dimes y diretes, la población ve con temor cómo la ola de violencia vuelve a presentarse en la región mientras las autoridades prefieren pelearse que salvaguardar la seguridad de la población que, con su voto, los llevó al cargo que hoy ocupan.
No se vale que un tema tan delicado como el de la seguridad sea llevado a la Arena política. ¿Qué ganaba José Ángel Pérez acusando al Estado de “boicotear” el Código Rojo? ¿qué ganaba el Estado respondiendo a la afrenta denunciando que existe una investigación sobre la Policía Municipal? Sin duda muy poco se gana con este conflicto que genera división entre las autoridades y sólo beneficia a la delincuencia.
2007 fue el año donde mayores desencuentros hubo entre el Estado y el Municipio. Por mucho tiempo las obras estuvieron paradas a causa de una Controversia Constitucional, y aunque el tema de la infraestructura vial es importante, no se compara al de la seguridad.
El grueso de la población ya está cansada de pleitos políticos, que sólo tienen como objetivo acaparar los reflectores con miras a futuros procesos electorales. Sin embargo, resulta reprobable que mientras dos agentes mueren tras sufrir un ataque, las autoridades se olviden de los elementos caídos para mejor pelearse en los medios con descalificaciones sin sustento.
El tema de la seguridad debe ser una prioridad para las diferentes autoridades de todos los niveles de Gobierno, hoy más que nunca se requiere la coordinación de las diferentes fuerzas policiacas y el Ejército, de ahí que no se vale llevar el tema a Arena política porque mientras nuestras autoridades se pelean, en las calles la inseguridad está a la orden del día.