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Sellan Bush y Lula un acuerdo energético

VIVE BRASIL JORNADA DE PROTESTAS POR VISITA DEL PRESIDENTE DE EU.

Niega el mandatario haber ignorado los problemas de América Latina.

AGENCIAS

SAO PAULO, BRASIL.- El presidente estadounidense George W. Bush terminó ayer una visita oficial de menos de 24 horas a Brasil, en medio de múltiples protestas en su contra y tras haber establecido un acuerdo de cooperación para producir etanol.

El gobernante partió a las 18:38 horas locales (21:38 GMT) desde la Base Aérea Militar del Aeropuerto Internacional de Guarulhos con destino a Uruguay, donde llegó anoche a montevideo junto a su comitiva de 250 personas a bordo de la réplica del Air Force One.

Bush cumplirá en Uruguay la segunda etapa de su gira por Latinoamérica, la cual lo llevará después a Colombia, Guatemala y México. La visita a Uruguay se extenderá hasta las primeras horas de mañana domingo, cuando viajará hacia Bogotá.

El tema predominante de la visita a Brasil fue un acuerdo bilateral en el sector de los biocombustibles y el impulso conjunto con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva para concluir las negociaciones comerciales en la Ronda de Doha.

Además el mandatario estadounidense negó que Washington haya ignorado los problemas y la pobreza de Latinoamérica, como le imputan en la región.

?Alguna gente puede decir eso, pero los hechos no lo sustentan?, declaró Bush en una conferencia de prensa conjunta con el presidente brasileño Lula da Silva. ?Nuestro vecindario nos preocupa mucho?.

El viaje de Bush es visto como un esfuerzo por contrarrestar la influencia del presidente venezolano Hugo Chávez en la región de quien se abstuvo de hablar y ni mencionó su nombre cuando se le preguntó al respecto.

Se limitó a decir: ?No creo que se le reconozca a Estados Unidos el que trate de ayudar a mejorar la vida de la gente. Mi viaje es para explicar lo más claramente posible que nuestra nación es generosa y compasiva?.

Bush visitó una planta productora de etanol en la localidad de Guarulhos y señaló que el abastecimiento petrolero de Estados Unidos está sujeto a ?decisiones políticas? de los países productores y los combustibles alternativos permitirán reducir esa dependencia.

?Cuando uno depende del petróleo importado, se tiene un problema de seguridad nacional. En otras palabras, la dependencia significa que uno depende de decisiones tomadas en otro lugar?, dijo.

RECHAZAN VISITA

Desde el jueves pasado, cuando llegó Bush a Sao Paulo, en las principales ciudades brasileñas comenzaron a registrarse manifestaciones, algunas con acciones violentas, en contra de la visita del mandatario de Estados Unidos.

En su última actividad oficial, que fue la visita a la Organización No Gubernamental Meninos do Morumbí (Niños del Morumbí), organización, patrocinada por la Embajada de Estados Unidos que atiende niños de escasos recursos, los gobernantes escucharon una estruendosa silbatina por parte de unos 300 manifestantes.

Las filas de los inconformes aumentaron con la presencia de vecinos de la zona, que llegaban de sus trabajos o escuelas y a quienes se impidió acercarse hasta sus casas por razones de seguridad hasta la salida de Bush.

Bajo la casi unánime consigna en portugués e inglés de ?Fuera Bush?, los manifestantes pedían el retiro de las tropas estadounidenses de Irak y de las Fuerzas brasileñas en Haití, además de protestar contra los subsidios agrícolas del país del norte.

En la marcha se presentaron disturbios y la Policía Militar (PM) debió intervenir con gases lacrimógenos, resultando heridas cinco personas y detenidas otras seis, dos de ellas portadoras de una bomba incendiaria de fabricación casera.

En la manifestación de la céntrica y exclusiva Avenida Paulista, los activistas portaban carteles donde comparaban a Bush con el dictador alemán Adolfo Hitler (1889-1946).

QUEMAN MUÑECO

Ayer viernes, en los alrededores del hotel Hilton Morumbí, donde se hospedó la delegación estadounidense, manifestantes quemaron un muñeco de Bush, como ocurrió el jueves frente a la Embajada de Estados Unidos en Brasilia.

También en Sao Paulo, un grupo de 200 militantes de la UNE, que pretendía seguir en dos autobuses la caravana de Bush con destino a la ciudad paulista de Guarulhos, fue impedido por las autoridades para continuar su trayecto detrás de la comitiva.

Hasta una mujer quiso aprovechar el fervor de las protestas para salir semidesnuda en la llegada de Bush el jueves a su hotel, pero las autoridades la arrestaron y liberaron horas después, tras presentar una declaración.

El traslado de Bush y su comitiva hasta Guarulhos ocasionó trastornos en el tráfico de la capital paulista, que se intensifica los viernes en la tarde con la salida y llegada de vehículos a la ciudad.

En total, 36 automóviles y 18 motocicletas escoltaron a Bush hasta el principal aeropuerto internacional del país.

La visita de Bush implicó un esquema de seguridad que contó con cuatro mil soldados, 200 policías y 300 agentes estadounidenses, quienes resguardaron al presidente y controlaron las diversas manifestaciones.

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