Un trabajador de Simas almuerza un pan y un refresco sentado afuera de las oficinas de la empresa paramunicipal en espera de una salida a la huelga que ya lleva una semana y media.
Con poco dinero, escaso alimento y cada vez menos ánimo, los trabajadores sindicalizados del Simas esperan noticias del conflicto laboral que desde hace una semana y media mantienen con la empresa paramunicipal
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Los trabajadores sindicalizados del Simas ya cumplieron una semana y media de huelga. Repartidos en cárcamos, norias, sucursales y la matriz, los empleados hojean los periódicos, barren la banqueta, toman nota de las quejas ciudadanas respecto al servicio del organismo operador y esperan noticias de sus representantes sindicales.
Los 365 sindicalizados están repartidos entres las diferentes instalaciones del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas). Todos están al pendiente de lo que suceda. Forman grupos junto a las banderas rojinegras y pasan el tiempo en espera de buenas noticias de parte de la parte sindical. También hay guardias en la noche. Los trabajadores supervisan mediante recorridos cada una de las norias para que no haya “errores” de los cuales se les pueda culpar.
Para Luis Rivas Espinoza, quien labora en la reparación de fugas de aguas negras, el panorama es desolador. El “guardadito” que tenía asegurado se esfuma conforme pasan los días, la comida escasea, los ánimos también, la desesperación comienza a sentirse entre los empleados, pero la esperanza regresa con el apoyo de sus familiares.
Las hijas de Luis Rivas trabajan y ayudan económicamente al sindicalizado que desde hace una semana y media no percibe salario alguno, sin embargo, su voluntad no se quiebra y defiende la huelga, pues asegura que es legal.
“La familia nos apoya, las esposas de cada uno de los trabajadores están atentas para ayudar y hacen lo poquito que pueden para poder subsistir”, explicó, “a mí me dicen que no decaiga, que le siga echando ganas, que nosotros tenemos la razón y que vamos a poder con esto”.
A Rodolfo Novoa Cisneros, quien se encarga de reparar medidores, le tocó quedarse en la matriz. Aquí debe recibir las quejas de la ciudadanía en cuanto a reparaciones de fugas de agua potable y aguas negras, reporte que dirige a la cuadrilla, para que lo atiendan cuanto antes.
“La empresa nos quiere quebrar, nos pararon los radios, ya nos interrumpieron la frecuencia y no se escuchan desde el martes a la 1:30 de la tarde, así que ahora tenemos que hablar por celular y claro, nos está saliendo mucho más caro”, manifestó, “estamos gastando bastante en tarjetas, vamos comprando unas seis cada tercer día, es un gasto para nosotros muy grande que no se necesitaría si no nos hubieran cortado la señal de los radios.
“También han llegado usuarios a los que les cortaron el servicio de agua, nosotros no estamos cortando el servicio, lo único que estamos haciendo es reparar las fugas de agua potable y agua negra, pensamos que es una estrategia de la empresa para sacarnos de nuestras casillas o provocarnos, pero no vamos a caer en el error”, explicó.
En lo que va de la huelga, han recibido 430 quejas, unas 200 por fugas de agua potable y 200 más por aguas negras, que son los reportes más frecuentes. En la matriz, los trabajadores se reúnen y de aquí hacen rondines a las norias, cárcamos y sucursales, para llevar a sus compañeros alimento y agua, o lo que puedan necesitar.