De izquierda a derecha el senador republicano por Alabama Jeff Sessions, el senador por Carolina del Sur Jim Demint y el senador por Oklahoma Tom Coburn, durante una conferencia de prensa sobre la reforma migratoria en el Capitolio, Washington. (EFE)
El proyecto de ley de reforma migratoria quedó hoy estancado por segunda vez en el Senado de Estados Unidos, después de que el pleno rechazara hoy limitar el debate sobre esta iniciativa.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo del presidente George W. Bush y que necesitaba 60 votos para reducir el debate a 30 horas, queda de momento aparcado, pero ya con mínimas posibilidades de salir adelante.
El Senado rechazó hoy la propuesta del presidente George W. Bush de reformar las leyes de inmigración, lo cual de hecho postergará cualquier medida sobre el tema hasta después de las elecciones del 2008.
Los partidarios de la medida no pudieron recabar los 14 votos que les faltaban para alcanzar los 60 requeridos para limitar el debate y despejar el camino para la aprobación.
La votación fue de 46 a favor y 53 en contra.
La medida buscaba fortalecer la seguridad fronteriza y al mismo tiempo ofrecer un proceso por el cual millones de indocumentados que ya se encuentran en el país puedan legalizar su situación. Los críticos calificaban la reforma como poco más que una amnistía para personas que violaron la ley.
Después de la votación, Reid, visiblemente afectado por la derrota, agradeció a todos los senadores que habían trabajado en este proyecto su esfuerzo y concluyó que la lección para todos debe ser que tienen "que trabajar más estrechamente juntos".
En cualquier caso, las consecuencias de esta votación serán importantes, ya que no es probable que se retome el proyecto antes de 2009, cuando haya un nuevo presidente y Congreso.
La agenda política de Estados Unidos estará hasta entonces llena de otros asuntos de alto calibre, como la guerra en Irak o las elecciones presidenciales.
De haber salido adelante, la iniciativa hubiera establecido un nuevo marco legal para los más de 12 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula viven actualmente en el país.
Además, hubiera reforzado la seguridad fronteriza con cuatro mil 400 millones de dólares adicionales, establecido un programa de trabajadores temporales y creado un sistema para que las empresas comprobaran el estatus legal de nuevos empleados.
El secretario estadounidense de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, lamentó la oportunidad perdida para reforzar la seguridad fronteriza, pero insistió en que seguirá trabajando para lograr el apoyo para mejorar la situación actual.
La reforma también impulsaba un sistema de puntos con prioridad para aquellos con altos niveles de educación, en vez de hacer énfasis en sus vínculos familiares como hasta ahora.
Ffinalmente no pudieron con aquellos que argumentaron que era una "amnistía" para los inmigrantes ilegales, que iba a atraer a más indocumentados y bajar los sueldos y que tampoco servía para reforzar la seguridad fronteriza.