Una vieja maleta verde sirvió de ataúd para un niño, el otro fue sepultado en un féretro armado con materiales extraídos de los escombros que quedaron en las calles después que un tsunami devastó esta población.
Tres días después del terremoto que provocó la marejada, los residentes de Titiana enterraron el jueves a los muertos que apenas encontraron, ante el temor de enfermedades y por el olor nauseabundo en las playas.
“El olor, el olor”, expresó ayer Pita Pikisa, mientras trabajaba con otros residentes del área cavando tumbas en la tierra, una mezcla de arena y corales petrificados.
Los sobrevivientes manifestaron que han enterrado a varios pobladores de la región -no saben exactamente cuántos- y esperan enterrar más.
En total, 26 personas de esta población de pocos cientos de habitantes permanecen desaparecidas o han muerto, dijo Pikisa.
Titiana, que era un bullicioso pueblo costero con dos iglesias y decenas de chozas de madera, fue una de las zonas más golpeadas por el terremoto de 8.1 grados de magnitud y el tsunami que este provocó el lunes.
La población quedó destruida en cuestión de minutos.
Entre los escombros aún podían verse las pertenencias de algunos de los habitantes: ropas, libros, maletas y un álbum de fotos.
En medio de los escombros, más de diez pobladores excavaron dos tumbas para los niños que encontraron el jueves.
Colocaron el cadáver de un niño de cuatro años al que llamaron Tekapu en una maleta verde antigua que enterraron entre dos casas dañadas. El segundo niño, que no pudieron identificar porque su rostro estaba desfigurado, fue enterrado en un féretro elaborado con escombros.
Pikisa dijo que nadie sabía dónde estaban los padres de los niños, pero los pobladores intentarían encontrarlos para decirles que les sucedió.
Indicó asimismo que al menos 26 personas permanecen desaparecidas, entre ellas muchos niños. El olor nauseabundo ayuda a encontrar los cadáveres, explicó.
Las autoridades dijeron que la cantidad total de muertos confirmada es de 30, pero podría incrementarse porque numerosas poblaciones remotas permanecen aisladas y además los habitantes no están reportando los muertos y heridos.