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Nassau, Bahamas.- Anna Nicole Smith, en un féretro cubierto por una sábana rematada con incrustaciones imitación diamante, fue sepultada el viernes de la forma como vivió: vestida extravagantemente con un vestido de diseñador, rodeada por un grupo de celosos admiradores.
La estrella de su propio ?reality show? fue despedida en un servicio funerario fastuoso, pero mientras que su cuerpo fue puesto a descansar eternamente, la disputa por la pequeña hija de la ex conejita de Playboy y su herencia potencialmente multimillonaria aún dará mucho de qué hablar.
Su compañero Howard K. Stern, su madre Virgie Arthur y su ex novio Larry Birkhead luchan por la custodia de Dannielynn, y apenas pueden dejar a un lado sus discusiones en lo que se efectúan las ceremonias.
Rosas y arreglos florales delimitaban el pasillo y adornaban el altar de la iglesia bautista Mount Horeb, donde los organizadores también colocaron fotos de Smith, incluida una en la que posa como Marylin Monroe en un luminoso vestido blanco. Arthur, Birkhead y Stern se alternaron elogiándola.
?Creo que habría estado muy feliz con él (vestido)?, afirmó Kathryn Beranich de Los Angeles, amiga de Stern y Smith y quien ayudó a producir el programa de realidad simulada de la ex modelo. ?Creo que no le habría complacido la división entre su familia biológica y la del clan familiar que creó y amó?.
El féretro de Smith permaneció cerrado y los bancos fueron engalanados con flores rosas, expresó Yvonne Gibson, una de los menos de 100 invitados. Un organizador había dicho que eran 300.
Slash, ex guitarrista de Guns N? Roses, estuvo entre los asistentes, y el cantante de música country Joe Nichols interpretó dos canciones a petición de Stern: ?I?ll Wait for You? y ?On the Wings of a Dove?.
Smith posteriormente fue llevada en su ataúd de caoba y cubierto con la sábana, la cual tenía las palabras ?Anna Nicole?. Todo esto ocurría mientras agentes de policía, vestidos con túnicas con bandas blancas, mantenían el orden.
Arthur había querido que su hija fuera enterrada en Texas, y buscó que Anita Adams, juez de la Corte Suprema, le otorgara la custodia del cuerpo de Smith en un intento de último minuto para detener el entierro. Pero fue denegado por el juez de Bahamas, según Lilliemae MacDonald, secretaria del juez.
Cuando algunos de los cientos de personas que observaban el funeral vieron a Arthur llegar al cementerio, lanzaron exclamaciones de desaprobación, pero vitorearon cuando Birkhead bajó de su limusina. Previamente, la madre de Smith recibió aclamaciones de parte de espectadores en el servicio religioso, adonde llegó en una limusina blanca con un séquito de cerca de 10 personas. Saludó a la multitud, y algunos espectadores gritaron ?¡Annaí ¡Annaí íTe amamosí?.