En estos días, en televisión nacional han dado a conocer la noticia de que algunas mujeres, principalmente modelos profesionales, han muerto de anorexia, es decir de hambre y han dado a conocer cómo algunas personas en nuestro país viven esta problemática, la búsqueda de un cuerpo extremadamente delgado a costa de su propia salud.
La anorexia nerviosa es un trastorno del comer en el cual hay una incapacidad severa y prolongada para comer, con una pérdida de peso marcada.
Los síntomas de la anorexia siempre incluyen el rechazo de mantener un peso corporal sobre el peso normal mínimo adecuado para la edad y la estatura; el temor intenso de subir de peso o de engordar; el disturbio con el cual el peso, el tamaño o la figura del cuerpo son experimentados.
Otros síntomas pueden incluir restricción de los alimentos o de líquidos; atascamientos; vómitos autoinducidos (generalmente introduciendo los dedos a la boca); el hacer ejercicios excesivamente; el abuso de laxantes, diuréticos, pastillas de dieta o enemas; pérdida de apetito; y una variedad de cambios físicos como la temperatura corporal baja, un ritmo cardiaco bajo o la presión arterial baja, hinchazón, pelo corporal blando, estreñimiento, intolerancia de las temperaturas frías y una variedad de cambio metabólicos.
Algunos de estos cambios físicos pueden ser potencialmente mortales. El retiro social y una preocupación extrema con la comida y el comer generalmente están presentes.
La causa exacta de este trastorno es desconocida, pero está investigándose una variedad de teorías psicológicas, sociales, culturales, familiares y bioquímicas.
La anorexia generalmente comienza durante la adolescencia y rara la vez aparece después de la edad de 40. Es mucho más común en las mujeres que en los hombres. El curso de la enfermedad es variable: algunos anoréxicos se recuperan después de un solo episodio, pero más a menudo hay muchos episodios o un curso vitalicio de aumento y disminución en la gravedad. En algunas personas, el curso es incesante hasta que la muerte ocurre por mal nutrición o por un colapso cardiovascular.
El tratamiento de la anorexia consiste generalmente de la psicoterapia individual, de grupo y/o familiar y del consejo nutricional. Según el grado de pérdida de peso y el estado de la salud física de la persona al entrar en tratamiento, habrá mayor o menor control del comer y del ambiente total de la persona. Cuando severamente enferma la persona, hospitalización médica se requiere y todo comer y toda función eliminatoria se controlan y son vigilados cuidadosamente a cada momento. Conforme se pongan bajo control los síntomas y el peso suba y se estabilice, el control regresa gradual y lentamente al paciente.
A todos los niveles de cuidado, el tratamiento generalmente incluye altos niveles de estructura y un plan de tratamiento conductual basado en el peso del paciente. La psicoterapia y un chequeo médico a continuación con un internista generalmente son necesarios.
Para posibilitar una recuperación completa, una persona con anorexia debe:
1.- Participar activamente en el plan de tratamiento.
2.- Completar el programa de hospitalización total si es requerido.
3.- Funcionar independientemente en las actividades cotidianas.
4.- Asistir con el psicólogo regularmente.
5.- Asistir a todas las visitas de seguimiento médico.
6.- Demostrar aptitudes eficaces de hacer frente a las cosas.
7.- Pedir la asistencia a su psicólogo cuando sea necesario.
8.- Ser honesto (a) consigo mismo, con el psicólogo y el médico.
Cuando signos de una recaída aparecen, el paciente siempre debe contactar al psicólogo de inmediato. Los signos de la recaída pueden incluir un aumento en cualquiera de los comportamientos adictivos (comportamientos relacionados con la comida, el ejercicio, las drogas o el alcohol); una disminución en el apetito o en la capacidad para comer; una repetición de atascamiento o uso de laxantes, diuréticos, pastilla de dieta o enemas; o un aumento o disminución marcada en el dormir.
