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SER HUMANO

PSICÓLOGO RICARDO MERCADO DÁVILA

LOS NIÑOS Y EL “INTERNET”

Tanto los adultos como los jóvenes piensan que las computadoras son una fuente de información exacta y confiable. El número creciente de acceso al Internet le ha añadido una nueva dimensión al uso de la computadora moderna. Los niños tienen acceso a una cantidad infinita de información y tienen la oportunidad para la interacción. Sin embargo, puede haber riesgos reales y peligros para el niño que no tiene supervisión.

La mayor parte de los servicios de conexión les proporcionan a los niños recursos tales como enciclopedias, noticieros, acceso a bibliotecas y otros materiales de valor. Ellos pueden usar la computadora para comunicarse con sus amigos y para jugar. La capacidad de ir de un lado a otro con un solo “click” de la computadora le atrae a la impulsividad, la curiosidad y a la necesidad de gratificación inmediata o realimentación que tiene el niño.

La mayoría de los padres advierten a sus hijos que no deben de hablar con personas extrañas, o abrirle la puerta a un desconocido si están solos en la casa y que no deben darle ninguna información a cualquiera que llame por teléfono. La mayoría de los padres también controlan dónde van a jugar sus hijos, cuáles programas de televisión deben de ver y los libros y revistas que ellos leen. Sin embargo, muchos padres no se dan cuenta de que el mismo nivel de supervisión y orientación se debe de proveer para el uso de Internet.

Los padres no deben de suponer que los servicios de conexión en línea protegerán y supervisarán a los niños. La mayor parte de las “salas de conversación” (chat rooms) no están supervisados. Dado que los “nombres de pantalla” (screen names) o seudónimos son completamente anónimos, los niños no pueden saber si están “hablando” con otro niño o con alguna persona pervertida que aparenta ser un niño adolescente. Contrario a las personas que vienen a la casa o a las cartas que vienen por correo, los padres no pueden ver a las personas que conversan en las “salas de conversación”, o leer los mensajes que vienen por “correo electrónico” (e-maill). Desgraciadamente, puede haber consecuencias serias para los niños si son persuadidos de que den información personal (por ejemplo, nombre, teléfono, dirección, contraseña) o si se han puesto de acuerdo con alguien para conocerlo en persona.

Otros riesgos y problemas incluyen:

*Fácil acceso para los niños a áreas que no son apropiadas o son abrumadoras.

*Información “en línea” que fomenta el odio, la violencia y la pornografía.

*Anuncios clasificados intensivos que engañan y bombardean al niño con ideas nocivas.

*Invitación para que los niños se inscriban para ganar premios o se unan a un club que requiera proveer información personal o del hogar a fuentes desconocidas.

*El tiempo que se pasa frente a la computadora es tiempo perdido para el desarrollo de las destrezas sociales.

Para ayudar a los niños a tener experiencias “en línea” seguras y educativas, los padres deben de:

*Limitar el tiempo que pasan los hijos “en línea” y “navegando” en el Internet.

*Enseñarle a los niños que hablarle a los “nombres de pantalla” en una “sala de conversación” es lo mismo que hablarle a desconocidos o a extraños.

*Enseñarle al niño que nunca debe darle información personal que lo identifique a otra persona o “sitio” en el Internet.

*Nunca darle al niño el número de su tarjeta de crédito o cualquier otra contraseña que se pueda usar para comprar cosas en línea o para tener acceso a servicios o “sitios” (website) inapropiados.

*Enseñarle al niño que nunca se debe de ir a conocer en persona a alguien a quien conoció en línea.

*Recordarle que no todo lo que ve o lee “en línea” es verdadero.

*Usar las modalidades de control que su servicio de conexión en línea le ofrece a los padres, y obtener uno de los programas comercialmente disponibles que permiten que los padres limiten el acceso a las salas de conversación, los grupos de noticias y otros sitios no apropiados.

*Proveerle una dirección, “e-mail”, sólo si su hijo es lo suficientemente maduro para controlarla; supervisar periódicamente los mensajes que manda y recibe y planificar su actividad “en línea”.

*Enseñarle al niño a que use la misma cortesía que usa al hablar de persona a persona para comunicarse en línea; que no use malas palabras, lenguaje vulgar o profano, etc.

*Insistir en que el niño obedezca las mismas reglas cuando use otras computadoras a las que tenga acceso como, en la escuela, biblioteca, o en casa de sus amigos.

*Los padres deben de tener presente que las comunicaciones “en línea” no prepararán al niño para las relaciones interpersonales reales. Si usted inicialmente dedica tiempo para ayudar al niño a explorar los servicios de conexión y si participa periódicamente con él mientras usa el Internet tendrá la oportunidad de supervisar y encaminar el uso que hace su hijo de la computadora. Además, ambos tendrán la oportunidad de aprender juntos.

Mi correo electrónico:

Ser_humano@prodigy.net.mx

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