Tatiana tiene 21 años, vive en Sevilla, un pequeño municipio del colombiano Valle del Cauca al suroeste del país y todas las mañanas, cuando alista su bolso para ir a trabajar, no sólo mete las llaves, la cartera, el pintalabios o los enseres de maquillaje, también mete un silbato. ?Se ha convertido en un accesorio que ya forma parte de nosotras, es de mucha utilidad?, explica.
Ella es una, de las 25 mil mujeres, que se ha sumado a la campaña de la alcaldía ?Si me maltratas, silbo?. La idea partió del actual alcalde, Óscar Salazar, que cansado de escuchar casos de abusos y maltratos verbales y físicos sobre las mujeres y habiendo agotado todas los recursos conocidos como son charlas y capacitaciones, decidió promover una iniciativa que involucrara a toda la comunidad.
?Un día pasé por una tienda y vi un silbato en forma de revólver, entonces se me ocurrió que podía ser un arma de prevención y de denuncia?, explica el alcalde.
Hace apenas un año reunió a tres mil mujeres, presentó su campaña, les entregó a cada una un silbato y les dio una detallada charla de cómo utilizar tan mortal arma, desde entonces, las citaciones por violencia intrafamiliar han descendido notablemente en Sevilla.
En Colombia, se maneja una figura legal llamada ?conminación?, que funciona como una advertencia, si se conmina a alguien y posteriormente incurre en la falta ya amerita sanción. Según la secretaria de Gobierno, Nancy Ojeda, las conminaciones por este tipo de abusos han descendido en un 80 por ciento. Óscar Salazar añade que el año pasado atendían de 35 a 40 casos al mes de agresiones a mujeres por parte de sus parejas, ahora la cifra es de seis o siete.
?Al principio no fue fácil aunque poco a poco las mujeres empezaron a silbar para advertir a los maridos que las golpeaban, luego fueron las vecinas las que hacían sonar el silbato si escuchaban o presenciaban un maltrato y ahora es todo el pueblo pitando. Se ha convertido en una voz de denuncia pública?, explica.
?La gente sabe que cuando alguien haga sonar un silbato, la denuncia va a ser atendida?, explica Nancy Ojeda, ?hemos convertido este elemento en un acompañante permanente, unas lo usamos con una cinta colgado del cuello y con ese sonido musical estamos advirtiendo tanto a las autoridades como a la comunidad?.
