Durango

Siempre al servicio de México

Los soldados, además de ser considerados unos héroes, siguen manteniendo el respeto de la sociedad

El Siglo de Durango

El Ejército es el pueblo, está formado por hombres y mujeres valientes con vocación de justicia, mantienen el culto a los símbolos nacionales, buscan de manera desinteresada el bien de la comunidad, son amantes de los principios humanistas y son también gestores de desarrollo y fraternal apoyo de la sociedad en momentos de desastre.

Jóvenes ingresan a la milicia con el único fin de servir a su comunidad y, en sí, a su patria, sin dejar de lado la posibilidad de apoyo humanitario a otros países cuando lo han necesitado.

Aunque el Ejército Mexicano actualmente mantiene un estatus de paz y concordia, cuenta en su historia con capítulos que lo han reconocido en la lucha por los ideales de libertad y autonomía.

A lo largo de la historia, el pueblo mexicano ha acudido a las armas siempre que ha sido necesario asegurar la defensa de su autonomía y de sus derechos, amenazado en ocasiones por las presiones externas y en otras por la agresión de enemigos internos. En cualquier periodo crucial del pasado mexicano que se revise, se advertirá la existencia de un Ejército netamente popular, unas veces en la forma de un grupo disciplinado y organizado y otras en la de una masa revolucionaria, pero en cualquiera de ambos casos se encuentra luchando por los más nobles principios de la libertad, independencia y justicia social.

Heredero de esa gloriosa tradición, el Ejército actual es una institución democrática, abierto, sin distinciones a la libre concurrencia de los mexicanos que tienen la vocación del servicio por las armas; a su carácter institucional confía el pueblo y la defensa del orden legal, la paz interior y la salvaguarda de la soberanía.

Ejército de paz, no ha sido nunca instrumento de conquista ni de agresión a otros países. Las Fuerzas Armadas son parte del pueblo, participan en sus afanes de justicia, mantienen el culto a los símbolos nacionales, son baluarte de los principios humanistas y son también gestores de desarrollo y fraternal apoyo de la sociedad en momentos de desastre.

El 19 de febrero de 1950 se estableció como el Día del Ejército, con el fin de conmemorar el nacimiento del instituto armado, ya que en tal fecha Venustiano Carranza promulgó un decreto en el cual se ordenaba la organización de un Ejército encargado de sostener el orden constitucional de la República.

MÉXICO DECLARA ESTADO DE GUERRA A ALEMANIA, ITALIA Y JAPÓN

Tal y como lo ha manifestado la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el Ejército Mexicano ha acudido a las armas siempre que ha sido necesario asegurar la defensa de su autonomía y de sus derechos, y aunque no ha sido nunca instrumento de conquista ni de agresión a otros países, durante la Segunda Guerra Mundial, México declaró estado de guerra a Alemania, Italia y Japón, luego de que estas naciones, las que conformaban el llamado Eje, hundieron dos buques aztecas.

El 13 de mayo de 1942 fue hundido el buque tanque Potrero del Llano por un submarino alemán frente a la costa de Florida, y el 20 del mismo mes es hundido el Faja de Oro. México reclama estos hundimientos ante el gobierno alemán, el cual no da mayor respuesta.

Tras la ausencia de responsabilidad de la autoridad germana, el presidente Manuel Ávila Camacho, con autorización del Congreso, declara el 2 de junio de 1942 el estado de guerra entre México y las potencias del Eje, conformadas por Alemania, Italia y Japón.

COMBATE AL NARCOTRÁFICO EN LA ZONA SERRANA DE DURANGO

Ya en el ámbito local, el Ejercito Mexicano, a través de la Décima y Novena Zona Militar que comprenden al territorio duranguense, y que pertenecen a la Tercera Región Militar, han llevado a cabo un trabajo arduo en el combate al narcotráfico, una de las funciones del personal castrense, logrando tan sólo el año pasado superar los números en cuanto a la destrucción de enervante en comparación con otros periodos.

El general Florencio Raúl Cuevas Salgado, titular de la Décima Zona Militar, anunció que en el 2006 se detectaron más de 22 mil plantíos de marihuana, que estaban sembrados en tres mil 600 hectáreas; además, se destruyeron por el método de incineración 340 toneladas del citado enervante en greña, como comúnmente se le conoce cuando ya está cortado y está a punto de prepararse para su venta.

En relación con la amapola, droga que también se siembra en la entidad duranguense, informó que se localizaron más de 19 mil plantíos en una superficie de dos mil 200 hectáreas.

Agregó que fue relevante la localización y aseguramiento de más de 500 secaderos de marihuana en diversas zonas serranas del estado.

Tan sólo en septiembre pasado, los elementos de los diferentes batallones de infantería lograron asegurar, en promedio, una tonelada de marihuana diaria.

PLAN DN III-E, APOYO EN DESASTRES; AUXILIO EN MEZQUITAL

El Plan DN-III-E se creó en 1969 con la finalidad de auxiliar a la población civil en casos de desastre, una de las principales responsabilidades de la Sedena. En numerosas ocasiones, los militares mexicanos han intervenido para apoyar a su pueblo, cuando se ha visto afectado por desastres de cualquier tipo.

Su denominación data de 1966 a raíz de su inclusión en la Planeación de Defensa Nacional como anexo ?E? y aunque en posteriores revisiones del plan de defensa se ha presentado la disyuntiva de darle otro nombre, el Alto Mando decidió continuar designándolo como Plan DN-III-E, debido a la identificación que bajo este título tienen autoridades civiles, medios de comunicación y población en general

En Durango se han presentado diversos desastres provocados por fenómenos naturales, inundaciones, incendios y desgajamientos de cerros, tal como sucedió en Chalchihuitillo, perteneciente a Mezquital, donde una decena de personas perdió la vida tras quedar enterrados en lodo.

El 7 de septiembre, elementos del Ejército se trasladaron al cerro de Chalchihuitillo, donde, debido a las fuertes lluvias se vinieron abajo toneladas de lodo, afectando dicha comunidad.

El apoyo humanitario de los soldados ha logrado que la gente en desgracia tenga un apoyo desinteresado, pues además de sentir un brazo fuerte y fraternal del personal castrense, logran recuperar sus recursos materiales y humanos para seguir adelante.

LABOR SOCIAL Y PROTECCIÓN ECOLÓGICA

También la labor social es una de las tareas que realizan los soldados: se organizan equipos con personal de médicos, odontólogos, enfermeras, veterinarios, especialistas en elaboración de alimentos, reparación de aparatos electrodomésticos, carpinteros, albañiles, plomeros, herreros, electricistas, pintores, peluqueros, operadores de maquinaria pesada, y personal de seguridad perteneciente a las unidades, dependencias e instalaciones del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

Los comandantes de las Regiones y Zonas Militares, así como de unidades operativas de todos los niveles dentro de sus jurisdicciones, han identificado las áreas que por su situación económica, social y geográfica requieren de acciones que tiendan a aliviar algunos de sus problemas de manera inmediata, lo que permite planear las campañas de labor social que se suman a las acciones del Gobierno de la República.

Para recuperar la riqueza forestal de México, en diciembre de 1992, el Gobierno Federal puso en marcha el Programa Nacional de Reforestación, mejor conocido por sus siglas como Pronare, el cual ha sido diseñado con carácter permanente y a largo plazo con un sentido fundamentalmente social por la importancia que reviste la participación de la población para su ejecución. Su objetivo básico ha sido reforestar con amplia y efectiva participación de la sociedad en coordinación con el Ejército y mediante la utilización de técnicas y especies apropiadas a las condiciones ambientales de cada región para la restauración y conservación de los ecosistemas e incremento de la cobertura forestal del país.

Historia anónima

Cuando tenía 16 años de edad, oriundo de una zona rural de un estado del sur del país, ingresó a la institución armada responsable de defender la soberanía de la Nación. Y fue allí en donde encontró su vocación, razón por la cual estuvo dentro de sus filas 40 años.

Su nombre se funde con el de los miles que en la actualidad son parte del personal activo y retirado de las fuerzas armadas, de sus colegas de disciplina, de sus compañeros de largas jornadas de labor; por eso, prefiere que se quede en el anonimato.

Ahora, ostenta el rango de coronel de Infantería y en su andar diario ha visto cómo ha evolucionado el Ejército, mismo que percibe como mucho más disciplinado y moderno, en donde sus integrantes son sujetos de una constante preparación, tanto académica como física.

Desde su punto de vista, gran parte de la sociedad no valora el empeño de las fuerzas armadas, que es mucho más amplio de lo que parece. La lucha contra el narcotráfico, la atención a la población en caso de emergencias por algún fenómeno natural, la atención de incendios, labor social, entre otras.

Conforme la experiencia le ha enseñado, las características de un militar son, en primer lugar, un profundo sentido patriótico y también lealtad, obediencia y la abnegación para soportar todo tipo de circunstancias; aquellos que carecen de estos elementos probablemente fracasen en su deseo de ser parte del Ejército.

Y es que el soldado está sometido a una serie de factores que envuelven su labor en un estrés constante que, en ocasiones, lo enferma. Aquellos de mayor rango soportan la responsabilidad que implica tener el mando y saber que una mala decisión puede conllevar consecuencias nefastas.

Por otro lado, los que deben obedecer tienen que esforzarse por hacerlo lo mejor posible y cumplir con la tarea encomendada.

Ser parte del Ejército implica más que estar en un batallón y pasar lista a las seis de la mañana.. En ocasiones, se renuncia a la familia por varios meses si se tiene alguna operación en la Sierra.

Allá les esperan caminatas diarias de 30 kilómetros, cargando el equipo, que pesa 20 kilos. No hay mayores comodidades. Hay que lavar la ropa como se pueda y buscar dormir en el lugar más apropiado aun sin una casa de campaña.

Siempre está el peligro latente de encontrarse con algún grupo del crimen organizado que se resista a la labor del Ejército; no se sabe cuándo se van a presentar un enfrentamiento.

Pero pese a lo complicado de todo lo anterior, ama profundamente la milicia, la lleva dentro de sí y no cabe en su cabeza el hecho de haberse dedicado a otra cosa.

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