La Canainpa exige que sea justo el trato de las autoridades de salud entre las empresas formales y el comercio informal de la industria del pan.
El Siglo de Durango
Ninguna autoridad tiene control sobre las panaderías “piratas” o sobre los negocios informales que operan dentro de domicilios o en locales no apropiados para esta actividad, denunció la Cámara Nacional de la Industria Panificadora de Durango (Canainpa).
“Desafortunadamente es gente que tal vez no tiene otra manera de hacerse de ingresos y hacerle la lucha de otra forma; pero, desgraciadamente para nosotros es un fenómeno que ha rebasado a las autoridades”, dijo Benjamín Flores Gómez, directivo de la Canainpa.
Señaló que no se puede tener un mínimo esquema de control sobre este sector, el cual crece constantemente pues, por ejemplo, cuando un panadero se queda sin trabajo en el sector formal, se mete al autoempleo y ahí se queda con más comodidad.
El empresario panadero ubicó que el grueso del comercio informal y de las actividades de la economía subterránea se relaciona con el comercio de alimentos preparados, como tacos, hamburguesas, lonches o pan “casero”.
Flores Gómez dijo al respecto: “Nada más les pedimos a las autoridades competentes que cumplan con su encomienda: poner a todo mundo en regla, en orden, y que sean vigilados todos los negocios de pan que hay en la ciudad, no sólo las empresas formales”.
Consideró que es excesiva la vigilancia y el cuidado sobre las panaderías formalmente instaladas, mientras que a la actividad informal o a las panaderías “piratas” no se les exige el cumplimiento de casi ninguna obligación.
“Nosotros estamos dentro de la mancha urbana y tal vez es más fácil que un inspector de Salud vaya a visitarme a mí, a que vaya a meterse a una colonia o por allá, arriba de un cerro, donde lo primero que le saldrán son los perros”, declaró.
Dijo que no es autoridad y no le resulta fácil saber si todo el producto de pan que se genera en el sector informal está hecho de mala calidad o bajo condiciones insalubres.
Sin embargo, manifestó que la sospecha y la duda subsisten mientras las autoridades no tengan una vigilancia más precisa y sobre todo pareja hacia los negocios formales y los informales dedicados a la industria panificadora.
“Hacemos un llamado a Salud para que cumpla con su encomienda, pero, no nomás para nosotros sino a todos los que se dedican a producir y vender alimentos, como debe de hacerse”, agregó Benjamín Flores, gerente de Rico Pan Libertad.
Realidad
En el año 2006 la situación de las panaderías fue complicada y se reflejó en el cierre de algunos pequeños comercios de esta índole en la ciudad de Durango, según lo confirmó la Cámara Nacional de la Industria Panificadora de Durango (Canainpa) en su momento.
Además, las panificadoras grandes que han venido de fuera con las tiendas comerciales han quitado mucha clientela a las panaderías chicas, según lo ha dicho Antonio Yáñez Mena, líder del sindicato de tahoneros de la CTM en la entidad.
El hecho es que, ante la competencia informal que se presenta, las panaderías establecidas han perdido más del 50 por ciento de sus clientes, es decir, las pequeñas tiendas a las que surten del producto, pues han dejado de consumirles debido a que pueden comprar a precios más baratos y tener mayor utilidad.
