Sin acuerdos concluyó la reunión del sindicato minero y el Grupo México, convocada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), con el propósito de solucionar el conflicto que mantienen por la huelga en las minas de Taxco, Sombrerete y Cananea.
El apoderado legal del Grupo México, Francisco José Simón, lamentó la falta de resultados, y acusó al sindicato de mantener una posición inflexible, al pretender que se negocien integralmente todos los problemas y conflictos, no sólo las huelgas.
Entre esas demandas, indicó, se encuentran cuestiones de tipo mercantil y penal, como lo relacionado con las órdenes de aprehensión contra Napoleón Gómez Urrutia, por el presunto desvío de 55 millones de dólares del fideicomiso minero.
El primero en salir de la reunión fue el secretario de Asuntos Políticos del sindicato, Carlos Pavón, quien señaló que no ve una pronta solución a las huelgas que mantienen por violaciones a sus contratos colectivos de trabajo.
Criticó que la representación de la empresa llegara a la reunión diciendo que los problemas de seguridad e higiene, que provocaron la huelga están solucionados, cuando ni siquiera han entrado a las minas para atender las irregularidades.
En representación de la empresa acudieron también los directivos José Luis Rico, Gabino Páez González y Teofanes Adame García, quienes de acuerdo con Pavón, aseguraron que Grupo México cumplió con los puntos comprometidos sobre la seguridad de las minas.
Luego de dos horas de reunión, la cual estuvo encabezada por el jefe de la Unidad de Funcionarios Conciliadores de la STPS, Carlos Siqueiros, el dirigente minero advirtió que la huelga no tiene visos de arreglo.
Aclaró que las pláticas no están rotas, porque "nunca las ha habido", y aseguró que no han condicionado las órdenes de aprehensión de su dirigente, a cambio de levantar las huelgas.