Sobreviviendo al cáncer linfático
El linfoma es una enfermedad desgastante por su tratamiento con quimioterapias, pero la mejor forma de superarlo es atacar el problema con las armas médicas más modernas y con el apoyo de la familia.
El diagnóstico de un linfoma en una persona trastoca su vida y la de su familia, pues el término médico significa la presencia de un tumor en el sistema linfático o un cáncer en los ganglios. José Manuel, paciente de esta enfermedad, recuerda con amargura que "al momento de recibir la noticia todo se descompone, moral, espiritual y conómicamente".
La pesadilla comienza, rememora: "Me costó mucho trabajo que la familia entendiera mi enfermedad, de hecho estuve a punto de divorciarme".
Para la familia no resulta fácil aceptar que uno de sus miembros se encuentra en peligro mortal, lo cual altera la convivencia y en ocasiones crea situaciones de tensión, enojo y frustración, que pueden llevar a que el paciente se sienta incomprendido.
Es un hecho que el buen ánimo ayuda a combatir los males, siempre y cuando el tratamiento esencial sea científico.
Y en las emociones, la familia juega un papel fundamental, sobre todo cuando la persona afectada le comunica su estado de salud y gravedad del problema.
La solidaridad humana es relevante, como lo es atacar el problema con las armas médicas más modernas, como el anticuerpo rituximab, utilizado en la actualidad como parte del tratamiento combinado con quimioterapia.
Sus creadores afirman que estudios clínicos controlados han mostrado que esta terapia da sobrevida a los pacientes y prolonga el tiempo en el que éstos se encuentran a salvo de la enfermedad.
CASOS REALES
Los síntomas de esta enfermedad dependen del tipo de linfoma que padezca el paciente, pero probablemente el cambio más drástico en las actividades normales sea cuando recibe la quimioterapia como parte del tratamiento.
La ciencia ayuda a los pacientes que padecen este mal, como es el caso de María de la Luz, a quien diagnosticaron linfoma no Hodgkin en noviembre de 2003 y cuenta que su familia ha sufrido para aceptar la mala noticia.
"La menor de mis hijas se muestra temerosa al hablar de mi enfermedad y se enoja. En general mis cuatro hijas se limitan a decirme nada más: '¿Cómo estás?', y siento que no quieren involucrarse en el proceso que estoy viviendo".
María dice: "La reacción de mis hijas es porque les duele y trato de no juzgarlas, pero me ayudaría bastante anímicamente sentirlas más cerca e involucradas con mi enfermedad y mi tratamiento".
En casos como este, los grupos de apoyo son importantes, ayudan a integrar el círculo familiar, así como a comprender de mejor manera la enfermedad de su ser querido.
En el caso del linfoma no Hodgkin, el Grupo Vida ha sido la opción de muchas personas, ya que en sus reuniones se conocen experiencias de otros, además se ayuda a identificar, conocer y comprender de mejor manera la enfermedad.
Todas las actividades realizadas en el grupo son supervisadas por especialistas en las diferentes áreas médicas relacionadas con el linfoma y se ha creado un lugar en donde tanto pacientes como familiares pueden mantenerse informados y recibir apoyo sicológico.
Para tener mayor información acerca del Grupo Vida y los servicios que proporcionan, puede llamar al 5366-7015 o al 01800-801-VIVE (8483).