Con cada respuesta abro más los ojos y no puedo dar crédito a lo que escucho. ?Ahora, las mujeres son más infieles que los hombres?, me comenta Pamela una abogada e investigadora profesional que entrevisto. Su especialidad: la infidelidad de pareja.? ¿A qué edad es más común la infidelidad, de acuerdo a tu experiencia? ?pregunto.
?Son mujeres entre los 40 y 60 años.
?¿El perfil?
?Ochenta por ciento amas de casa y veinte por ciento mujeres que trabajan.
?¿La forma?
?Muy sencilla. Deja a los niños en el colegio, o va al gimnasio, se baña y se va al súper, donde deja una lista que le surten, y a las dos horas recoge, paga y regresa a casa.
?¿Razones?
?La mujer, o bien el hombre, se siente sola, no validada, pero también más libre. Siente que su vida es aburrida, plana? en fin.
Por otro lado, preocupa ver cómo ya no está de moda hablar de matrimonios felices. Una de cada tres parejas se divorcia, según datos del INEGI. Las noticias y programas de televisión sólo exponen amores fracasados. Las historias de amor que presentan, se dan antes del matrimonio o fuera de él, y el matrimonio es presentado como la sepultura del amor.
¿A qué responden estas tendencias? ¿Qué amenaza la vida de una pareja? ¿Podemos hacer algo?
Cada quien tendrá sus razones. Sin embargo, recuerdo algo que hace tiempo leí y me impactó: La gente no te quiere por lo que eres, sino por cómo la haces sentir. ¿Cómo hago sentir a mi pareja? Pensemos que nuestro ego es muy peligroso; busca atención, ser reconocido, validado; y, a veces, al costo que sea. Por otro lado, necesitamos unos ojos en los cuales refugiarnos y sentirnos amados. Cuando una persona no encuentra esto en su casa, es probable que quiera buscarlo en otro lado.
Asimismo, es común que:
1)En lo cotidiano, pasemos de amantes a socios. La rutina, el cansancio, los problemas económicos, el quehacer y los hijos nos llevan a una vida práctica en la cual la ilusión de amantes se desdibuja. Esta vida operativa nos puede hacer sentir poco vistos, poco importantes. Así, olvidamos el ¿por qué nos enamoramos?
2) Pensamos que el encanto personal y la seducción son las únicas herramientas que se requieren en el amor. Si dejamos las cosas en ese plano, surge el miedo permanente de que alguien, claro, más atractivo, nos arrebate a la pareja. El amor, así, se sustenta en el frágil encanto del físico: tan duradero como una burbuja de jabón.
3) Soñamos mucho y trabajamos poco. Damos por hecho que la historia de amor va a permanecer siempre así, por arte de magia. Entonces, descuidamos nuestra persona, nuestro físico, nuestro crecimiento y la relación con el otro.
Una vez que, como pareja, decidimos hacer una vida juntos, esa historia de amor puede permanecer treinta, cuarenta o sesenta años viva. Está en nuestras manos lograrlo.
Por simple que pueda parecer, pienso que lo que mantiene unida a la pareja son los detalles: un abrazo, reconocer lo que el otro hace, escucharse con atención, compartir una actividad, simplemente estar, reír, platicar, comer fuera solos de vez en cuando, mantenerse atractivo, decir ?te quiero?, ?gracias?, mirarse con cariño...
A pesar de lo que la investigadora me informa, a pesar de las estadísticas, y a pesar de que en los medios sólo se hable de infidelidades y separaciones, el matrimonio feliz todavía existe y es posible. Estoy convencida de que las mejores historias de amor vienen después de la boda. Es cuestión de escoger bien, amar y trabajar mucho y meterle inteligencia para así? seguir siendo amantes.
