Invidentes que acuden al Centro de Seguridad Social de la clínica 10 del IMSS, buscan integrarse como agrupación civil para apoyar a quienes carecen de la vista.
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Rosario Maciel ha encontrado en la enseñanza del braille la manera de apoyar a quienes como ella, día con día buscan superarse y demostrar que la invidencia no es obstáculo para ser útil a los demás.
Prácticamente desde que nació ha vivido en penumbras, producto de una negligencia hospitalaria en la que por no habérselos protegido en forma adecuada, sus ojos resultaron dañados por la fototerapia que se le proporcionó en la incubadora, pues vino al mundo en forma prematura.
Ella, al igual que otras ocho personas que carecen de la vista acuden diariamente al Centro de Seguridad Social de la clínica 10 del Instituto Mexicano del Seguro Social, para participar en los talleres de manualidades y otras enseñanzas que ahí se les imparten.
Además, buscan integrarse como agrupación civil y a través de ésta, gestionar diversos apoyos ante las instancias gubernamentales.
“Todo con la idea de apoyar a quienes como nosotros, se enfrentan a esta discapacidad pero quieren salir adelante”, expuso Francisco Javier Díaz López, uno de los más entusiastas promotores de las actividades que ahí se realizan a favor de los invidentes.
Francisco, quien perdió la vista hace casi tres años ha logrado adaptarse a sus condiciones y asegura que “aunque hay tristeza, tratamos de salir adelante y que nada nos lo impida, buscando ser más independientes y compartir con los demás lo que hemos aprendido”.
El consumo de alcohol y drogas de todo tipo, lo predispusieron a padecer lesiones en el nervio óptico, las que tras una emoción fuerte se manifestaron dejándolo ciego, con el riesgo de sufrir un paro cardiaco.
Gracias a Rosario, él aprendió el braille y ahora promueve la solicitud de apoyos para la compra de una o dos computadoras, lo cual les permitiría instalar un programa de computación parlante para la enseñanza de computación o inglés para invidentes.
“Creemos que con este tipo de actividades nos podemos seguir capacitando, incrementar nuestro nivel educativo y tener mayor oportunidad de conseguir un trabajo remunerable”.
Y es que según comenta, existe una creencia casi generalizada de las empresas, de que las personas invidentes no son capaces de desempeñar un trabajo, aunado a que los espacios no están debidamente acondicionados para ellos.
Laura Galaviz, instructora de manualidades, considera que esto se debe a la escasa cultura de conocimiento y de incorporación de las personas con discapacidad al ámbito productivo, situación que no únicamente afecta a quienes están limitados de la vista sino también a quienes padecen de otras discapacidades.
Esto, aunado a la pésima educación vial y de escaso respeto a los invidentes por parte de los conductores de vehículos, de la que infinidad de personas que como Rosario han sido víctimas, pues estuvo a punto de perder los dedos de los pies cuando un automovilista casi la arrolla.
Sin embargo, Laura reconoce que en ocasiones la mayor limitante a que se enfrentan los invidentes está en casa.
“Nuestras familias a veces creen que debemos ser dependientes de ellos porque no vemos, por lo que a algunos ni siquiera los dejan salir, los mantienen en el encierro y entonces esto se vuelve una parte muy difícil para nosotros, quienes lo que más buscamos es sentirnos útiles y tratar de hacer una vida normal sin depender de los demás”.
En ese sentido, Francisco Javier destacó que la agrupación de invidentes busca incorporar a un mayor número de personas con este mismo problema, ya que considera existen cientos de personas sin ninguna clase de apoyo y a quienes por dificultades propias de la familia, como no tener un medio de transporte o los recursos suficientes, no los canalizan a ninguna institución para desempeñar actividades manuales, de ejercicio físico y otras.
En las instalaciones del Centro de Seguridad Social, el grupo de invidentes reciben talleres de elaboración de manualidades como canastas de madera, además de la enseñanza del braille y actividades físicas.
Labor
Invidentes que acuden al Centro de Seguridad Social de la clínica 10 del IMSS en Gómez Palacio, buscan integrarse como agrupación civil, lo cual les permitiría gestionar mayores apoyos y programas para la atención de quienes carecen de la vista.
· Actualmente desarrollan algunos talleres de elaboración de manualidades y aprendizaje del braille.
· Consideran que hay cientos de personas que carecen de la vista, que permanecen inactivas pero que tienen deseos de superarse y sentirse útiles.
· Por este motivo, invitan a la población a que se acerque a dichos talleres, comunicándose a los teléfonos 733-43-76, 725-42-89 y 723-47-58, o bien acudir a las instalaciones del Centro, sobre el bulevar Miguel Alemán y la calzada Jesús Agustín Castro
FUENTE: Agrupación de invidentes