Actualmente el Centro Especial de Readaptación y Tratamiento para Menores Infractores se encuentra al 40 por ciento de su capacidad.
El Siglo de Torreón
Al menos el 70 por ciento de los 43 internos del Centro Especial de Readaptación y Tratamiento para Menores Infractores (CERTMI) ingresaron con algún tipo de adicción y actualmente reciben atención psicológica y médica.
Sin embargo, de los 80 menores que han recuperado su libertad tras cumplir su sentencia, 15, que también presentaban alguna adicción, no concluyeron su tratamiento y no se tiene seguimiento alguno sobre ellos, informó Ivonne Elizalde Peraza, directora del centro especializado.
“Tenemos que la mayoría llegan adictos, un 70 por ciento ya trae problemas de adicciones, la mayoría de ellos al consumo de cristal, una droga que hace mucho daño”, reconoció Elizalde Peraza y estableció que dichos menores reciben atención medica y psiquiátrica.
La funcionaria estatal detalló que a través del área de psiquiatría se otorga medicamento a los jóvenes para tratar la adicción, “pues no podemos permitir que se filtre ningún tipo de droga para que aguante la abstinencia”.
Ivonne Elizalde explicó que de septiembre de 2006 a marzo de 2007 han estado en el centro a su cargo más de 120 jóvenes, de los cuales 80 ya obtuvieron su libertad. De éstos, 50 provenían del Centro de Readaptación Social (Cereso) y los 30 restantes eran de nuevo ingreso, pero la mitad de este último grupo presentaban problemas de adicción.
Reconoció que iniciaron su tratamiento “pero en tres meses o uno qué podemos hacer”, pues la mayoría permaneció únicamente ese lapso en el centro.
“Cuando se fueron iban bien, pero desafortunadamente ya no se les da seguimiento porque ya salieron”, precisó la funcionaria estatal. Dijo que dicha libertad es condicionada, pues tienen que demostrar que continúan con sus estudios y que acuden al Centro de Integración Juvenil, “pero eso ya es trabajo de la juez”, advirtió Elizalde Peraza.
Por otra parte, la directora del CERTMI señaló que de los 43 menores infractores a su cargo, al menos 38 de ellos -todos varones- han solicitado visita conyugal, pero admitió que cuando se creó dicho inmueble, no se contempló la creación de un área para este tipo de visitas que requiere de privacidad. Destacó que sólo dos de los internos están casados y el resto de los solicitantes aseguran vivir en amasiato.
