Las casas de apuestas se inclinan ligeramente por San Antonio, pero tras la actuación de LeBron James, muchos no descartan un triunfo de los Cavaliers.
SAN ANTONIO, Texas.- Con los auriculares colocados detrás de la cabeza, LeBron James encabezó la entrada de los Cavaliers de Cleveland al estadio, donde el jueves empezarán a disputar su primera final en la NBA.
“¡Aquí estamos!”, exclamó el superastro del momento. James es el responsable de que los Cavaliers se encuentren en esta instancia y de él depende cuán lejos llegarán.
Referente de la liga y rodeado de grandes expectativas, James se hizo presente en el escenario más importante de la NBA ayer para el último ensayo previo al inicio de una final en la cancha de los Spurs de San Antonio.
Esta imagen tan exitosa es nueva para los Cavaliers. Hace apenas cuatro años ganaron 17 partidos ante tribunas semivacías en su casa. “Era como si no existiéramos en la NBA”, recordó el centro Zydrunas Ilgauskas. “El club estaba en una tremenda depresión”. Eran los años antes de la llegada de James.
El jugador de 22 años ya era conocido por sus gestas en los campeonatos de secundaria en Akron, Ohio, y su popularidad no ha parado de crecer. En estos playoffs, su segundo sorbo de experiencia en la postemporada, James se elevó a otro nivel en su juego al impulsar a los Cavaliers a colocarse a cuatro triunfos del primer título profesional de un equipo de Cleveland desde 1964.
Su presencia en la final es lo mejor que pudo haber deseado la NBA en su empeño de globalizarse. No hay duda de que los índices de teleaudiencia se dispararán, inclusive atrayendo a gente que no sigue el básquetbol con regularidad. Ahora están intrigados por ver al jugador que anotó 48 puntos en el quinto partido de la final de la Conferencia del Este contra Detroit.
Es como si Michael Jordan hubiera vuelto. Quizás es un poco apresurado para decirlo, pero tal vez dentro de poco ya se pueda afirmar eso. Con toda la atención fijada en James, los Spurs están pasando inadvertidos. Pero esa ha sido siempre la constante para un equipo texano que va por su cuarta corona desde 1999.
“Es una liga de cosas nuevas y excitantes”, comentó Michael Finley, delantero de los Spurs. “Y LeBron es lo nuevo ahora”.
Pero los Spurs siguen siendo los Spurs: equipo básico, aburrido y soso. Esas son las virtudes de su estelar centro Tim Duncan, y los campeones de la Conferencia del Oeste se contentan con ello.
Siempre se han caracterizado por ganar con su defensa, y su actual grupo _con el argentino Manu Ginóbili y el francés Tony Parker_ no se aparta de ese guión.
La defensa más impenetrable de la liga durante la campaña regular deberá ahora dilucidar cómo detener a LeBron James, quien se dio gusto con los Pistons de Detroit al promediar 25.7 unidades, 9.2 rebotes y 8.5 asistencias. Se trata de estadísticas que sólo leyendas como Oscar Robertson (1963), John Havlicek (1968) y Larry Bird (1986) han logrado tras disputar una final de conferencia.