Así festejó Lorena Ochoa luego de ganar el Abierto Británico Femenil, en el legendario campo escocés de Saint Andrews. (Fotografías de AP)
Saint Andrews, Escocia.- Se sabía que, tarde o temprano, la mexicana Lorena Ochoa iba a ganar un Major, pero no se sabía cuándo y ni ella se imaginaba que sería en el Abierto Británico Femenil, en el legendario campo escocés de Saint Andrews.
La jugadora número uno del mundo acabó así con una especie de maldición, ya que a los 25 años de edad lo había ganado casi todo con autoridad y holgura, pero a la hora buena, por un motivo u otro, siempre se desmoronaba y se le escapaba la ansiada corona en un torneo grande.
Tras esa brillante primera ronda de 67 impactos, seis bajo par, Lorena fue capaz de administrar su ventaja en el vetusto campo de Saint Andrews, una reliquia que data de mediados del siglo XVI por donde acostumbran pasar la realeza y ríos del mejor whisky.
La tarjeta de la golfista tapatía incluyó recorridos de 67, 73, 73 y ayer 74, para un acumulado de 287 impactos, cinco bajo par y cuatro de ventaja sobre la surcoreana Jee Young Lee y la sueca Maria Hjorth, quienes ayer se fueron dos abajo.
Para alcanzar la gloria, Lorena tuvo que sortear diversos avatares como la decisiva jornada sabatina, en la que el intenso viento en la localidad de Fife, Escocia, hizo morder el polvo a la mayor parte del pelotón puntero.
Con seis tiros de ventaja, Ochoa salió a cubrir la última ronda con nervios pero con la tranquilidad que le daba la inmensa diferencia sobre sus escoltas. Inspirada al inicio, encajó tres birdies en la primera parte, y conservadora al final, se apuntó tres bogeys en la segunda mitad.
Líder absoluta en ganancias en la gira 2007, la nativa de Guadalajara atinó birdies consecutivos en el cinco -por tercera ocasión en el torneo- y el seis, donde la ventaja ya era tan grande que el resto del recorrido lucía como un mero trámite.
En el siete marcó su primer bogey, pero cerró la primera parte con “pajarito” en el nueve. No había necesidad de arriesgar en la segunda mitad, así que se la llevó tranquila, sin meterse en predicamentos que, como en el Abierto de Estados Unidos, la alejaran tristemente del título.
Así que más que errar, Lorena negoció bogeys en el 11, 15 y 17, y cerró en par el 18 para consumar la victoria más buscada, ansiada y anhelada de su carrera, desde aquel 2003 cuando cumplió su primera temporada en el tour de la LPGA.
Además del sabor del triunfo, Lorena Ochoa, que tiene ahora cuatro victorias en la campaña, agregará a su rechoncha cuenta bancaria un cheque por 320 mil 512 dólares de la bolsa de dos millones que repartió el torneo golfístico.
Jee Yong Lee y Maria Hjorth compartieron el segundo puesto con un global de 291 golpes, uno bajo par y a cuatro de la golfista mexicana. La estadounidense Reilley Rankin concluyó en la cuarta plaza con 292, par campo, a cinco de la ganadora.
Los grandes nombres brillaron por su ausencia en la parte alta del tablero. La estadounidense Paula Creamer concluyó en séptimo, con score acumulado de 294, a siete de Lorena, y la sueca Annika Sorenstam cayó al 16 con 296 tiros, cuatro arriba de par, a nueve del liderato.
