Cuauhtémoc Blanco ya cumplió su castigo y jugará ante Costa Rica, no así Nery Castillo, Francisco Fonseca y Pável Pardo, quienes fueron suspendido por acumulr dos tarjetas amarillas. (Jam Media)
La sanción es por acumular dos amonestaciones, Blanco está listo para reaparecer.
HOUSTON, Texas.- La Selección Mexicana de Hugo Sánchez tiene dos problemas en la Copa Oro: sigue sin jugar buen futbol y no contará con tres piezas claves para su juego de cuartos de final el domingo ante Costa Rica.
Pavel Pardo, Francisco Fonseca y Nery Castillo quedaron suspendidos para el duelo tras acumular dos tarjetas amarillas cada uno en la primera fase. “Está confirmado, los jugadores que tuvieron dos amarillas en la primera vuelta no juegan la segunda, es el reglamento. Los que tuvieron una, esa sí se borra”, dijo ayer Ben Spencer, vocero de la Concacaf.
“Kikín” Fonseca recibió cartones preventivos en los dos primeros juegos de México en la Copa Oro; Pardo en el segundo y el último, y Castillo fue amonestado en el primero por festejar un gol y en el del miércoles contra Panamá por disputar una pelota en el área rival. “Hay jugadores que pueden hacer mi trabajo, así son las cosas, hay que enfrentarlas”, aseguró Castillo.
Los tres son jugadores importantes dentro del esquema de Sánchez, pero Castillo ya se ausentó de un juego y Fonseca ha entrado siempre de relevo. La ausencia más importante sería la de Pardo, un volante de recuperación que es la clave del medio campo. “Tendremos que usar otros jugadores que están registrados y preparados para sustituirles”, dijo Sánchez. “Eso no es mi preocupación”.
Tal vez, más allá de las ausencias, lo preocupante para México es que el equipo todavía encaja y por momentos fue apabullado por rivales de menos jerarquía en la Concacaf. México venció a duras penas 2-1 a Cuba en su debut, cayó 2-1 contra Honduras en su segundo desafío, y derrotó 1-0 a Panamá el miércoles en un partido en el que los palos del arco y el portero Oswaldo Sánchez evitaron un revés.
“Ya no hay diferencias entre los equipos, cuesta mucho ganar un partido y cualquiera le puede ganar a cualquiera, hay quienes salen como favoritos por su historia y trascendencia, pero cuando la cancha no está en buenas condiciones es difícil tener un buen funcionamiento colectivo”, añadió Sánchez.
La buena noticia para los mexicanos es la reaparición de Cuauhtémoc Blanco, quien sólo recibió un juego de suspensión tras ser expulsado el domingo en el encuentro ante Honduras. El entrenador mexicano informó que Blanco está sano y listo para reaparecer. “Ya pasó un partido, todos los registrados están listos, los que no van a estar listos son los que serán suspendidos”, concluyó Sánchez.
canchas en mal estado son una estrategia
Las canchas “mata piernas”, como las calificó Hugo Sánchez, no son necesariamente obra de una mala organización de la Copa Oro, sino un caso extraordinario que podría tener su origen en una estrategia predeterminada para afectar a la Selección Mexicana de futbol.
El arquitecto Raúl Barrios Neri, coordinador de Operaciones del Estadio Azteca, responsable de mantener la cancha en óptimas condiciones, considera sumamente extraño el estado de los campos del Giants Stadium de Nueva York y Reliant Stadium de Houston, donde México disputó sus primeros tres juegos.
En entrevista, el especialista encontró extraordinario que los responsables de poner el césped hayan realizado un pésimo trabajo en ambos estadios, siendo que en Estados Unidos la tecnología en esta materia es de vanguardia mundial. De acuerdo a su experiencia y su capacitación, precisamente en Estados Unidos, los responsables de las canchas son capaces de adecuarlas a la medida de los equipos locales.
De esta manera, en cuestión de horas pueden preparar una superficie dura donde el balón sea sumamente rápido; o blanda, donde el balón corra lento; o con irregularidades y el césped muy crecido, para dificultar a equipos técnicos, como donde ha jugado la Selección Nacional. A México le puede perjudicar, puesto que los futbolistas mexicanos están acostumbrados a canchas en buenas condiciones, y sus rivales, los centroamericanos, pues están más acostumbrados al tipo de terreno donde se están jugando los partidos, señaló.
Como responsable del campo del Estadio Azteca, comenta que ha modificado en pocos días la superficie, de acuerdo a los gustos de cada director técnico que juega como local. “Alguna vez, tenía que dejar la cancha rápida porque así le gustaba al técnico del América, y a la siguiente semana, lenta, porque me lo pedía así el Necaxa”.
Otra situación que subraya como extraña es que a México no le permitan realizar una práctica de reconocimiento de campo de juego. Aquí (Estadio Azteca), cuando hemos sido sede de Copa Oro, hasta llegan inspectores de FIFA para garantizar que las selecciones reconozcan el césped y realicen la práctica, acusó. El argumento de que es para cuidar el césped es calificado por Barrios Neri como un pretexto falso, puesto que sólo una tormenta o anegación de la cancha podrían impedir una práctica.
También le causa sorpresa que estas condiciones no se den en donde ha jugado Estados Unidos, el Home Depot Center de Carson y el Gillette Stadium en Foxboro.
