A un mes de las inundaciones en el estado, pobladores de esta ciudad aún hacen largas filas para recibir despensas, mientras los centros comerciales lucen en plena actividad tras el pago de aguinaldos a los servidores públicos.
La Quinta Grijalva, casa oficial de los gobernadores, cumplió un mes de funcionar como centro de entrega de despensas, durante todo el día y la noche, a miles de damnificados que han regresado a sus casas dañadas y con problemas para reanudar sus actividades económicas.
En las calles de Paseo Tabasco, Plutarco Elías Calles, José Pagés Llergo y 27 de Febrero, el ir y venir de afectados es constante, además de que hay una cocina comunitaria instalada por el Ejército Mexicano.
En ese lugar se sirven desayunos, comidas y cenas a quienes lo soliciten, generalmente los que hacen fila para sus despensas.
En contraste, afectados o no que han recibido el pago del aguinaldo por parte de los tres niveles de gobierno, comenzaron desde el pasado fin de semana a realizar sus compras de fin de año.
Tanto el centro de la ciudad como los complejos comerciales son visitados por quienes también llegan a intercambiar sus vales por 10 mil pesos que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) les entregó para la reposición de enseres domésticos.
El regreso a la normalidad avanza mientras en las márgenes de los ríos se mantiene la colocación de costales que en unas zonas de la colonia Gaviotas, a orillas del río Grijalva, alcanza dos metros de altura.
Hasta el momento, la Secretaría de Asentamientos y Obras Públicas reporta más de un millón y medio de costales con arena colocados, a fin de lograr la meta de 43 kilómetros de murallas en 21 zonas de riesgo, a modo de prevenir la crecida de los afluentes.
