TORREÓN, COAH.- Vecinos de la privada Manlio Gómez Uranga de la colonia Lucio Blanco, aún esperan una respuesta por parte del Gobierno del Estado, luego de que solicitaran su ayuda tras la amenaza de desalojo que recibieran por parte del supuesto propietario de los 23 lotes que la conforman.
Como se informó oportunamente, fue hace más de 35 años, cuando 23 familias, arribaron de manera pacífica a posesionarse de estos lotes, los cuales a decir de los vecinos, se encontraban en completo abandono y carentes de todos los servicios básicos.
Tres décadas después de su llegada, fueron informados de un posible desalojo, situación que los hizo vivir con el temor a perder su patrimonio.
Razón por la que solicitaron el apoyo del Gobierno Municipal y del Estado en diferentes Administraciones, sin embargo nunca vieron resultados, según mencionaron los propios afectados. Pese a ello, continuaron con su búsqueda de ayuda.
Aprovechando la visita del gobernador Humberto Moreira por el municipio, hace casi un mes, vecinos pidieron su apoyo.
Fue el viernes siete de este mes, cuando los vecinos obtuvieron respuesta, reuniéndose con el secretario de gobierno Homero Ramos Gloria, a quien le explicaron su problemática.
Los interesados le informaron que ya han agotado todas las instancias y procedimientos para regularizar sus terrenos, pero sin éxito alguno.
Luego de conocer la situación jurídica que guarda su problema, el secretario de Gobierno dijo, “ahora que se han agotado todas las instancias jurídicas trataremos de llegar a un acuerdo, pero siempre sobre la línea del diálogo para que permita regularizar su situación”.
Tras la reunión, ahora los vecinos se dicen tranquilos tal es el caso de Sanjuana Ramírez, una de las primeras vecinas en posesionarse de uno de los terrenos en conflicto, “sabemos que el Gobierno del Estado está negociando con el dueño... nosotros estamos dispuestos a comprar siempre y cuando sea a un precio justo y que podamos pagar”, dice San Juana.
Sin embargo, comenta que de no recibir una respuesta satisfactoria, están dispuestos a todo, “viajaremos a pie hasta Saltillo si es posible, mientras tanto esperaremos una respuesta, ahora mucho más tranquilos”, dice Sanjuana, quien desde la reunión duerme en su cama y no en la sala con el temor de ser desalojada de su vivienda.
TRANQUILIDAD
“Aunque ya no tenemos miedo de ser desalojados, estaremos más tranquilos hasta que contemos con nuestras escrituras”.
SANJUANA RAMÍREZ,
VECINA DE LA PRIVADA MANLIO GÓMEZ URANGA
