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Washington, EU.- Con la atención puesta en la economía estadounidense y con una agenda divergente, delegados de más de 180 países participarán esta semana aquí en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
A diferencia de años anteriores, cuando el conclave estuvo dominado por las crisis en algunos países, en esta ocasión las discusiones se enfocarán en temas divergentes y en la búsqueda de consensos para responder a potenciales riesgos de corto plazo.
Sin embargo, como en reuniones previas, el tema de los persitentes desbalances globales se presentará una vez más como una asignatura pendiente y como fuente de preocupación dentro y fuera de los círculos financieros oficiales.
La semana pasada, en su carta bianual al FMI, la más importante agrupación de bancos privados del mundo, reiteró su llamado al organismo multilateral para abocarse a responder a un tema visto como un potencIal riesgo de corto plazo.
“Existen crecientes vulnerabilidades en las perspectivas de crecimiento global”, dijo Charles Dallara, director gerente del Instituto Internacional de Finanzas (IFF) en la misiva dirigida a Gordon Brown, presidente del Comité Monetario y Financiero del FMI.
La agrupación apuntó también las preocupaciones sobre las perspectivas de la economía de Estados Unidos, cuyas lecturas varían dependiendo del sector del que emanan. Para Dallara, los recientes eventos en la economía estadounidense asociados con el mercado de la vivienda, se presentan como un potencial factor de una mayor desaceleración.
Sin embargo, en la visión del FMI la situación que presenta Estados Unidos no constituye una fuente de seria preocupación gracias a la fortaleza que presentan la mayoría de las economías, aún las emergentes. La posición del fondo deriva del hecho de que las economías desarrolladas dependen ahora menos de Estados Unidos, a la vez que un mayor número de economías en desarrollo han diversificado su comercio exterior, lo cual ha resultado en un fortalecimiento externo.
Otros temas que serán motivo de amplias discusiones tienen que ver con el régimen cambiario de China, la reforma del sistema de cuotas del FMI echado a andar el año pasado y la diversificación de sus ingresos a raíz de la caída en los volúmenes de crédito.
