Adolfo Ríos Santana, sujeto asesinado el pasado lunes en la colonia Juan Lira, víctima de ocho impactos de bala, resultó tener un largo historial delictivo ya que había ingresado más de media docena de ocasiones a la cárcel por delitos contra la salud y robo, además de cambiar constantemente de nombre a su paso por los estados de Sinaloa, lugar donde nació, Baja California y Durango; ahora se analizan los nexos que tenía con grupos delictivos, según los resultados de las primeras investigaciones.
De acuerdo con los datos otorgados por Gustavo Rivera, subdirector de lo que fuera la Policía Ministerial y ahora llamada Dirección Estatal de Investigación (DEI), la persona que fue asesinada ayer en la colonia Juan Lira y quien se hacía llamar también José Luis Ramírez Arellano, contaba con varios ingresos al Centro de Readaptación Social (Cereso) por diferentes delitos, entre ellos los calificados contra la salud y por robo; ahora, personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado está abocado a la investigación de posibles nexos con grupos delictivos para detectar el móvil del homicidio y la ubicación de el o los ejecutores.
Dentro del reporte realizado por los agentes que estuvieron en la escena del crimen y que tienen a cargo la averiguación previa del asesinato, se dio a conocer de forma oficial que fueron ocho los impactos de bala que recibió Ríos Santana, dos en la cabeza, uno en el tórax, otro en una mano, uno más en el antebrazo y el resto en el costado, todos del lado izquierdo.
Se informó también que la causa del deceso fue por laceración de masa encefálica a consecuencia de impactos de bala en la cabeza, además de heridas diversas en varias partes del cuerpo.
Por último, el Subdirector de la DEI comentó que hay algunos avances al respecto, pero que por el momento no se pueden dar a conocer, pues afectarían la integración de la averiguación.
Avances en el caso de El Campestre
Tras realizarse las investigaciones correspondientes en torno al asesinato del vigilante Juan Ruiz Hernández, de 44 años, quien tenía su domicilio en el poblado El Nayar y quien fuera muerto de un disparo en la cabeza en el interior de la caseta de inspección del fraccionamiento El Campestre, sitio donde trabajaba, el subdirector de la DEI, Gustavo Rivera, comentó que son positivos los avances, pues ya se llevaron a cabo varias diligencias y se cuenta con buenos datos, que en los próximos días se darán a conocer para no entorpecer el desarrollo de la indagatoria.
Entre las diligencias que realizaron los elementos de la Dirección Estatal de Investigación (DEI) y del Ministerio Público se encuentran las declaraciones de los familiares del occiso, además de testimonios de amigos y de los mismos vecinos de la zona residencial, logrando tener pistas importantes, pero que por obvias razones de seguridad se mantendrán discretas hasta tener certeza en una línea de investigación más precisa.