Como en las obras de teatro, ha sonado la tercera llamada, y al grito de ¡comenzamos!, el torneo mexicano ha entrado en la fase final donde se definirá al flamante monarca de este Torneo Clausura 2007.
Luego de una soporífera repesca rescatada en emoción por Santos Laguna, que en quince minutos echó de la fiesta a un tacaño equipo de Tuneros de San Luis, han quedado definidos los encuentros que desde ahora presagian emociones, porque hay que reconocer que con todas sus limitaciones y absurdos nuestro sistema de competencia es sumamente emocionante.
Analizando los enfrentamientos directos y recordando que la mejor posición en la tabla es el principal criterio diferencial en caso de empate (a excepción de la final), parece claro que los cuatro primeros deberían avanzar sin mayores contratiempos. Sólo que ya estamos acostumbrados a que el méndigo diablo meta la cola y no son pocas las ocasiones que el superlíder es echado a la primera y que los favoritos no respondan a esa etiqueta, apareciendo el “caballo negro” en la contienda dando chicas sorpresotas.
Pero bueno, aunque dicen que más vale ser historiador que profeta, es un hecho que el deporte nacional en estas próximas semanas será el vaticinio, y en ese proceloso mar me aventuro sin más barquichuelo que mi ignorancia, contando con la benevolencia de usted, amable lector.
Pachuca tiene, por sus impresionantes números, que ser marcado como amplio favorito ante Santos Laguna; la única bronca es que la presión estará absolutamente del lado tuzo pues Santos no tiene ya nada que demostrar, y en esa relajación radica su peligrosidad. Además, sus extranjeros, inéditos en la liga, intentarán mostrar su valía para cobrar los premios, qué caray, que para eso seguimos siendo tierra de conquista.
Los Rojinegros del Atlas enfrentan una oportunidad histórica, única e irrepetible de poner fin a más de medio siglo de sequía en cuanto a títulos y su escollo se llama América, con su grado de dificultad, pero también con su cansancio.
El peor enemigo de los Rojinegros son ellos mismos y su falta de mentalidad en los momentos bravos; Rubén Omar Romano hace rato que no gana un partido de liguilla, y aunque los números no juegan, es un dato a considerar. Me la juego con el Atlas.
Los Tigres del “filósofo” Carrillo son de una mediocridad que espanta, y serán sacudidos por el bello futbol que el campeón defensor suele desplegar. Dicen que con el campeón hasta que pierda y le voy a Chivas pues Jalisco nunca pierde y cuando pierde, arrebata, verdad de Dios.
Finalmente, la Máquina Celeste volverá a las andadas y dejará a su público, por cierto cada vez más escaso, con un palmo de narices; un relajado equipo Tecolotes los dejará sembrados pese a contar con Leaño, que es más malo que pecado de seminarista.
El noveno equipo, el arbitral, también vela armas en su concentración en el Centro de Alto Rendimiento de la Femexfut; a ellos desearles suerte y pedirles que no inventen en la liguilla cosas que no hicieron en la campaña regular.
Señoras y señores, tomen sus asientos, tercera llamada, tercera, ¡comenzamos! Para cualquier duda o comentarios, pueden ingresar a www.preguntalealosbrizio.com