A casi dos años del fallecimiento del Pontífice, el lugar de reposo de sus restos atrae a cientos de fervientes.
Notimex
ROMA, ITALIA.- Cada día visitan la tumba de Juan Pablo II ubicada en las grutas vaticanas un promedio de diez mil personas, reveló Angelo Comastri, arcipreste de la Basílica de San Pedro.
El religioso señaló que, pese a haber pasado ya casi dos años del fallecimiento del Pontífice, el lugar de reposo de sus restos atrae en todo momento cientos de fervientes peregrinos.
?Quienes hemos sido cercanos a Juan Pablo II estamos sorprendidos por el flujo de fieles a su tumba, creo que ninguno había imaginado un flujo de este tipo porque se trata de un santuario adentro de otro santuario?, indicó.
Ubicadas en el subsuelo de la Basílica de San Pedro, las grutas vaticanas contienen los mausoleos de diversos Papas, cardenales y personajes de la historia de la Iglesia Católica.
Ahí, los restos más importantes son los del apóstol Pedro, justo bajo el altar mayor del templo.
A unos 20 metros de éstos, en una pequeña cueva iluminada se ve un gran mármol con la inscripción Giovanni Paolo II, donde al menos tres guardias custodian a los peregrinos que, durante todo el día, no paran de desfilar frente a la tumba.
?¿Por qué tanta gente??, se preguntó Comastri antes de responderse que en particular parece haber influido el modo en que el extinto Pontífice vivió su enfermedad y murió.
?Esta es una época que tiene horror a la muerte?, pero Juan Pablo II no escondió su enfermedad y decidió vivir la muerte públicamente, de cara al mundo, sin olvidar que también influyó su largo Pontificado de 27 años, ponderó.
TIERNAS IMÁGENES
Juan Pablo II dejó imágenes que han llegado al corazón de los hombres y sensibilizaron a la gente, por ejemplo el último Viernes Santo de su vida cuando presenció por televisión el Vía Crucis aferrado a una cruz de madera, sostuvo.
Quiso gastar su vida hasta el último momento en el mundo actual que huye de la enfermedad. Por eso en ese egoísmo un hombre que se da hasta el final conmueve, porque abre escenarios de una fuerza y una belleza extraordinarias, señaló.
Angelo Camastri conoció de cerca de Karol Wojtyla, pues llegó a trabajar al Vaticano gracias a él, quien le puso al frente de la Fábrica de San Pedro, el organismo responsable de la limpieza y mantenimiento del templo más grande de la cristiandad.
Nombrado algunos meses atrás por Benedicto XVI como arcipreste, mantuvo su puesto en la fábrica desde donde le toca la labor de recoger los mensajes, las cartas y recuerdos dejados por los fieles a un lado de la tumba de Juan Pablo II.
Aseguró que es difícil establecer el tipo de peregrino que visita la tumba del extinto Papa y reveló que, en un principio, parecía que prevalecía más la curiosidad pero, con el paso del tiempo, se ha notado un crecimiento en la calidad de los visitantes.
?La gente desea recogimiento y detenerse para rezar, aunque es difícil porque no se trata de un lugar para grandes multitudes pero existe (en ellos) la necesidad de orar, muy a menudo se ve la gente de rodillas?, indicó.
Confesó haber leído algunos de los ?papelitos? que la gente deposita en las grutas porque éstos son un ejemplo del estado de ánimo de las personas que pasan de frente a la tumba.
?La mayoría de los papelitos -aseguró- piden oraciones para las familias, padres, madres, ancianos, niños?.
Mientras el proceso de canonización del siervo de Dios, Juan Pablo II sigue su curso, el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal José Saraiva Martins, reveló que aún no llega el expediente a nivel del Vaticano.
Rome Reports, el purpurado, señaló que para el mes de abril la diócesis de la capital italiana, encargada del trámite, terminará su labor y enviará los documentos para iniciar la llamada ?fase romana?.
Recién hasta ese mes podrá comenzar el análisis de la información de parte de los miembros del Gobierno central de la Iglesia Católica quienes deberán cubrir todos los pasos previstos para una canonización como si fuera cualquier otro santo.