MÉXICO, DF.- Ésta es otra tarde de yeso y muletas para Jorge Drexler. Resulta que la casualidad, esa a la que le ha cantado en más de uno de sus discos, le jugó rudo.
Desde Madrid, y luego de algunas maniobras y el auxilio de su hijo Pablo, Drexler explica que hace poco se fracturó un pie durante un concierto en Bilbao, al tropezarse con una caja de instrumentos, y que eso le obligó a dar un parón a su gira y posponer varios conciertos, entre ellos los dos que daría en el teatro de la Ciudad dentro de una semana.
Pero para el ex otorrinolaringólogo uruguayo que ganó el Oscar 2005 por Mejor Canción Original -cuya discografía revela una fusión de letras de gran belleza y elegancia con diversos géneros de la música rioplatense y brasileña más sutiles añadidos electrónicos y hasta de rock-, México siempre resulta un buen tema para conversar.
Por ello, sirve de buen pretexto la filmación reciente de un video de dos canciones que escribió precisamente en el DF: Hermana Duda (que hizo el 14 de octubre de 2004) y Desvelo (a la que le dio vida el 4 de octubre de 2005) y que grabó en 12 Segundos de Oscuridad, la melancólica producción que fue nombrada Disco del Año en España.
Drexler tiene una buena historia que contar sobre cómo su música llegó a la oficina neoyorquina del videoasta Steven Lippman (aka Flip), ese fanático de las texturas del Super 8 y manufacturador de cortometrajes musicales para David Bowie, Kronos Quartet, Laurie Anderson, k.d. lang, Rosanne Cash y Youssou N’ Dour, y cómo el arte no se rige siempre por el marketing.
“Un día, a principios de año, recibí un mail en mi página web que decía: “Hola, soy Steven Lippman, le hecho videos a David Bowie, a k.d. lang’ y me enumeraba la gran lista de artistas con los que ha trabajado. Me platicaba: ‘Tenemos tu música puesta todo el día en la oficina. Una amiga nos la regaló. Si alguien me gusta, le escribo porque me gustaría trabajar con esa persona y quiero preguntarte si te interesaría hacer un video con nosotros’.
“Yo no lo podía creer y le escribí inmediatamente. Es uno de los directores de videos de Nueva York que está trabajando más fuertemente ahora. La verdad es que fue tan rápido que ni discutimos nada. Le dije: “Tú haz lo que quieras, tienes libertad absoluta en elegir la canción’. Eligió Hermana Duda y me pareció genial. Le dije: Mira, Confío en Ti, estoy ahora en una gira que es una locura, pero ven, estoy en tus manos”, recuerda Drexler.
Así que, con una cámara de Super 8 y una bolsa llena de películas Kodachrome blanco y negro y a color, Lippman viajó a Madrid con sus cómplices de siempre: Jeremy Kotin como productor y David Teague como director de fotografía.
“Con una humildad y una gran entrega se vinieron a Madrid. Nada de megaproducción, ni maquillador ni estilista, ni vestuario ni locaciones. Salimos a dar vueltas a la ciudad con su camarita y me dijeron: ‘Tráete la ropa que tengas’, pusieron la cámara frente a la pared de la casa de un amigo y me pusieron ahí para filmar una parte.
“Luego me preguntaron dónde vivía, qué más había por ahí, y fuimos a un lago a un lado de mi casa. Fuimos a un parque que encontramos en el camino y eso es todo. Con muy poco presupuesto y muy pocos elementos, todo rodado en Super 8 y en una sola tarde y una noche en que rodaron luces fuera de foco y colores en calles de Madrid, han hecho mi videoclip favorito en toda mi carrera”.
Lo curioso es que Lippman siempre creyó que Hermana Duda y Desvelo eran una misma canción porque suenan unidas, pero cuando se dio cuenta de la verdad se animó a crear un corto con los dos temas.
“Al final, salió un video de siete minutos, que es casi un corto, con desarrollos diferentes para cada tema. Junto con el trabajo de Pablo Casacuberta en mi DVD del Teatro Solís (de Montevideo) y el making of del disco Eco, este es mi trabajo favorito.
“Si te digo la verdad, yo nunca he acabado de entrar del todo en el género videoclip. Entre otras cosas, porque no sé si es el lugar donde se libra mi batalla artística, pero ahora que he encontrado un colega como Flip o Pablo me da mucha ilusión”.
Es hora de colgar, pero Jorge se escucha efectivamente ilusionado, aunque su nueva cita con México tal vez se cumpla hasta septiembre.