KARIM BATEÓ BIEN PERO LO BOTARON
Karim García tuvo un buen entrenamiento con los Filis de Filadelfia pero de cualquier manera lo acaban de dar de baja y ahora tratará de que alguien que lo necesite le ofrezca un contrato. Karim puede jugar sin problema en varios equipos de clase triple A pero a lo mejor decide por regresar a Japón o por aceptar el dineral que le van a ofrecer los Sultanes de Monterrey que también están tratando de firmar a Erubiel Durazo en caso que los Atléticos de Oakland lo dejen fuera.
Karim tuvo un buen invierno con los Tomateros de Culiacán y fue como refuerzo de los Naranjeros de Hermosillo a la Serie del Caribe, siendo entonces contactado con los Filis en donde luchó por quedarse con el puesto de quinto jardinero.
Karim terminó bateando para .305 en la Liga de la Toronja, con 18 hits en 59 veces al bat, con un cuadrangular y cuatro dobletes. Sin embargo el manager Charley Manuel dijo que sería injusto para Karim tenerlo tanto tiempo en la banca o mandarlo a las Ligas Menores y por ello lo dejan fuera a ver si otro equipo se interesa en él.
Posiblemente su buen average en los entrenamientos logre que algún otro tim lo pueda firmar y será cuestión de que su agente sea lo suficientemente astuto para encontrar al tim que lo necesite.
La mejor temporada de Karim fue la del 2002 con los Indios de Cleveland cuando bateó 16 jonrones, con .299 y 52 carreras impulsadas. Karim fue firmado originalmente por los Dodgers de Los Angeles gracias a la intervención del famoso buscador Mike Brito, pero nunca fue el estrella que se pensó en un principio cuando fue colocado, año tras año, entre los mejores prospectos que había en el Beisbol.
Karim estuvo con Yanquis en el 2003 y logró estar en la Serie Mundial ya que Nueva York ganó el campeonato. En la serie por el título fue famoso el pelotazo que le tiró Pedro Martínez quien mostró su falta de moral y exceso de prepotencia al declarar que Karim no tenía que quejarse de nada porque no era nadie en el Beisbol. Pero Karim es un ser humano que por poco recibe un pelotazo peligroso de un pitcher que ha sido cazador de cabezas toda su carrera.
