Dos personas que en su tiempo fueron las amistades más cercanas y queridas por Barry Bonds están dispuestos ahora a testificar en su contra en el juicio que se abrirá el siete de diciembre contra el máximo jonronero en la historia de las ligas mayores (762). El que fue por varios años su mejor amigo dejó de serlo cuando Bonds le reclamó el haber realizado un negocio de memorabilia del jonronero sin su consentimiento. Lo más desagradable, sin embargo, es que la otra persona en su contra que estuvo tan cerca de Bonds fue su novia y amante por bastante tiempo. Estas dos personas han declarado a la prensa saber que Bonds fue un asiduo consumidor a las hormonas del crecimiento, a los esteroides.
La ex novia llegó a comentar que Bonds tenía muchos celos a Mark McGwire cuando el cañonero de los Cardenales de San Luis impuso su récord de 70 cuadrangulares en una temporada. Esa fue una de las razones para que consumiera más de las que hoy son sustancias prohibidas y usted recordará que Bonds eclipsó la marca de McGwire al conectar hasta 73 jonrones en la temporada del 2001. Y luego, en la pasada campaña, dejó atrás la marca de 755 cuadrangulares impuesta por Hank Aaron. Cría cuervos y te sacarán los ojos.
Los abogados que han sido entrevistados por medios informativos han dicho que la única manera que Bonds logre una sentencia leve es la de declararse culpable, ya que si se declara inocente va a ser un juicio largo y estará expuesto a una sentencia larga en la prisión. Bonds está acusado de mentir bajo juramento en tres ocasiones y también lo acusan de obstrucción a la justicia.
A los aficionados mexicanos se nos hace una exageración lo de una posible sentencia larga en la cárcel pero en Estados Unidos el no decir la verdad bajo juramento es algo muy grave. Al romper la marca de Hank Aaron un cronista le preguntó si no pensaba que este nuevo récord estaba amañado, y Bonds, después de molestarse, dijo que no tenía nada que esconder.