El Universal
MÉXICO, DF.- Los días cuatro, cinco y seis de enero las panificadoras establecidas en el país estiman vender 3.5 millones de Roscas de Reyes, lo que representará una derrama económica de 300 millones de pesos, informó la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa).
En entrevista, Antonio Arias Ordóñez, presidente de la Canaipa, denunció que el aumento en la venta del tradicional pan en el comercio informal, pone en riesgo los 400 mil empleos directos y un millón de indirectos que genera esta industria.
?Sabemos que desgraciadamente las roscas en la calle y el pan dulce, en general, crecen año con año y es una tristeza que las autoridades no hagan nada al respecto?.
En este sentido advirtió que se pone en riesgo a muchos puestos de trabajo establecidos, donde la gente paga todos sus impuestos como lo marca la Ley.
?Afecta (el ambulantaje) a las más de 26 mil 500 panaderías (en todo el país); tenemos informes de muchísimos puestos, nosotros no podemos hacer el trabajo de contabilizarlos, tristemente cada día los encontramos cada dos o tres cuadras?.
Explicó que la tradición de consumir rosca el seis de enero tiene su origen desde principios del Virreinato ?es una tradición que reúne a la familia, a los amigos, es un pan que se fabrica para compartir y convivir?.
Calificó a la Rosca de Reyes como ?la receta reina de las panaderías?, ya que los ingredientes utilizados en su preparación como mantequilla, harina y azúcar son ?de lo mejor que podemos encontrar?.
Respecto a las roscas que se venden en los mercados sobreruedas o en los puestos ambulantes que se ubican en todo el país, dijo que en ocasiones están elaboradas con harina y agua, por lo que no se comparan con las hechas por la industria panificadora.
?Yo me cuidaría mucho, ya que todas aquellas roscas que tienen una apariencia bonita y son baratas, es que se está dando gato por liebre.?
Informó que el precio de las Roscas de Reyes fluctúa entre 80 y 110 pesos, lo cual depende del lugar donde se vende, calidad del pan y el tamaño.
Invade EU
Son pocos los dulces navideños de siempre y para los iberoamericanos que residen en Estados Unidos, sobresale la deliciosa Rosca de Reyes, el reclamo más típico de la comida del seis de enero. Y para muestra un botón, o sea, una rosca. O miles de ellos, ya que el gigante estadounidense Wal-Mart, la mayor cadena de distribución minorista del mundo, se ha rendido a este pan y ofrece ahora en 600 de sus tiendas, diseminadas por toda la nación americana, las tentaciones de este postre del Día de Reyes.
Lo cierto es que crece el número de los que se apuntan en Estados Unidos con entusiasmo a la moda de saborear en la Navidad este pan de forma anular escoltado de un chocolate ?a la taza?, espesito y bien caliente, por supuesto.
La fracción de los roscoadictos, además, está autorizada a sumergir en el chocolate levemente, pedacito a pedacito, porciones de este pastel con el recogimiento olfativo obligado.
Esmaltado de láminas de frutas confitadas ?pera, melocotón o ciruela?, esponjoso y firme, perfumado de agua de azahar y levadura, la mítica rosca vive hoy un boom en Estados Unidos.
En buena lógica, los latinos, que tienen declarada su lealtad inquebrantable a los Tres Magos de Oriente, no podían desertar en este país de la magia regia del roscón, tan español y tan cristianizado.
Porque el antecedente de la rosca, esa suerte de primer donuts (dona) que degustó la Humanidad, es de origen pagano: se remonta al Imperio Romano y a la costumbre de celebrar en diciembre las fiestas saturnales.