El Manto de la Virgen ya está casi terminado y Rogelio Madero espera que en los próximos días pueda ser instalado en el lugar en donde quedará permanentemente.
Rogelio Madero espera que la escultura ya pueda quedar ubicada frente a la puerta blanca de Torreón
TORREÓN, COAH.- La escultura de El Manto de la Virgen ya no se estará realizando en el espacio ubicado en Independencia y calle Arocena.
Así, con tan sólo unos detalles por terminar, la escultura cristiana más grande del mundo será desalojada del espacio ubicado en Independencia y viajará -con todos los problemas que esto implica- desde este sitio hasta un local ubicado en el Periférico, o es posible que ya sea trasladada al lugar en donde se ubicará permanentemente que es frente a la puerta blanca que queda entre Torreón y Matamoros, “en lo que se llama La Plaza de las Culturas”.
Explica Rogelio Madero que “lo ideal sería llevarla ya a donde se va a quedar ubicada”, pues confiesa que trasladar una escultura metálica de este tipo y dimensiones será definitivamente una labor titánica.
Ahora el escultor estará dando los acabados al Manto de la Virgen, que “prácticamente ya está terminada”. Y se espera que la semana que entra la escultura ya esté ubicada en su lugar, cosa que aún no se ha podido confirmar, pero asegura el escultor que muy pronto El Manto de la Virgen será alzada por fin para beneplácito de los laguneros.
PARA RECORDAR
La historia de El Manto de la Virgen inició el 21 de junio del año pasado, cuando Rogelio y David Madero iniciaron la construcción de la escultura metálica.
Se trata de una imagen del contorno de la Virgen en diseño minimalista, que originalmente se ubicaría en el Cerro de las Noas.
Se tiene previsto proveer a esta imagen con una iluminación especial que la convertirá en una pieza multicolor.
Antes de llegar al diseño final de la escultura, los Madero realizaron varias maquetas en bronce, mismas que fueron estilizando; la primera con mucho movimiento con un manto que parece desgarrado, la segunda fue más suave con algunos picos en el manto; la tercera tiene una cruz grabada en hueco en el interior del manto; y la cuarta fue la seleccionada, más sencilla y elaborada en acero.
Así aquellas placas de metal fueron cortadas, roladas y pulidas para convertirse en lo que ya casi es una realidad de 32 metros de altura y nueve metros de ancho, que será la escultura cristiana más grande del mundo.