MAL| 10% DE LA POBLACIÓN LOS PADECE, PUEDE CONFUNDIRSE CON EL TRASTORNO BIPOLAR.
Las personas con trastornos de la personalidad generalmente no son conscientes de que su comportamiento es inapropiado; por el contrario, creen que sus patrones son normales y correctos.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, D.F.- Cuando una persona suele presentar constantes problemas en sus relaciones sociales, interpersonales o en el trabajo, puede deberse a un padecimiento muy extendido dentro de la sociedad, aunque poco estudiado y difundido: el trastorno de la personalidad.
Aunque la gente tiende a responder siempre del mismo modo a una situación difícil o intentar otro camino si la primera respuesta es ineficaz, quienes padecen de dichos trastornos suelen adoptar una posición rígida que puede llevar a empeorar el problema o incluso asumir conductas de riesgo.
Caracterizados por patrones de percepción, reacción y relación que son relativamente fijos, inflexibles y socialmente desadaptados, los trastornos de la personalidad son conductas comunes: se calcula que 10% de la población los llega a presentar.
Inestabilidad
Este tipo de pacientes tiene una personalidad tan rígida que no puede adaptarse a la realidad, lo cual debilita su capacidad operacional; en algunas ocasiones el sujeto tiende a ser hiperactivo en una acción específica y, al día siguiente, la abandona, sin mostrar el más mínimo interés en ella, explica Jean Garrabé, miembro del grupo revisor de la Clasificación Francesa de Trastornos Mentales de la Niñez y la Adolescencia.
La inestabilidad afectiva, sentimental y en el estado de ánimo, donde se puede pasar muy rápidamente de la depresión a la euforia, son algunas otras características de esta enfermedad.
Aún cuando este padecimiento puede generarse desde la infancia, los patrones desadaptados de pensamiento y comportamiento se hacen evidentes al principio de la edad adulta y tienden a durar toda la vida.
El abuso cada vez mayor de drogas o alcohol dentro de la población es uno de los factores que ha provocado una mayor incidencia de trastornos de la personalidad, aunque los especialistas aún discuten si esos inhibidores son la causa o la consecuencia de esos trastornos.
Engima
Pese a que se conoce desde hace varias décadas, la siquiatría se comenzó a interesar y preocupar por estudiar este problema hace apenas unos años, por lo que aún hay muchas interrogantes por contestar, opina el especialista francés.
Ello ha provocado que la definición de esos trastornos aún esté en discusión entre quienes piensan que se trata de una enfermedad mental y quienes postulan que es una estructura anómala de la personalidad en individuos que no se les ha desarrollado la personalidad por motivos genéticos.
Para Carlos Rojas Malpica, miembro de los consejos académicos de los doctorados en Ciencias Sociales y Médicas de la Universidad de Carabobo, en Venezuela, los trastornos de la personalidad constituyen aún un enigma dentro de la sicopatología, pues se trata de un problema de difícil diagnóstico que puede confundirse con otros padecimientos sicológicos y neurológicos, como la sicopatología de la vagancia o el trastorno bipolar.
La definición poco clara de este problema -a decir de Garrabé- ha originado problemas para tratar a esos pacientes, pues se duda entre emplear fármacos o utilizar sicoterapias. Sin embargo, los estudios en esta área y el conocimiento generado son cada vez mayores.
Las personas con trastornos de la personalidad generalmente no son conscientes de que su comportamiento o sus patrones de pensamiento son inapropiados; por el contrario, a menudo creen que sus patrones son normales y correctos.
Cuando buscan ayuda por sí mismas (frecuentemente, a causa de frustraciones), tienden a creer que sus problemas son causados por otras personas o por una situación particularmente dificultosa.
