Los habitantes de Gómez Palacio, sufrieron las consecuencias de no tener agua durante varias horas de la madrugada y algunas del día.
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Las amas de casa de colonias como Chapala, Bellavista, Hamburgo y San Antonio, no pudieron realizar sus quehaceres diarios del hogar debido a que amanecieron sin agua por la lluvia que sorprendió a la región en la madrugada de ayer.
Martha Chavarría de Acuña manifiesta que fue como a las 4 de la madrugada cuando el aparato de refrigeración se detuvo. Su esposo Salvador se levantó pensando que se trataba de una descompostura, pero al darse cuenta de que fue por una falla general del suministro energía eléctrica, volvió a la cama.
Sin embargo, por la mañana, a Martha esa situación le causó muchas molestias, pues se percató que la falta de luz ocasionó la suspensión del servicio de agua.
A las siete se levantó y no pudo bañarse. De hecho, su esposo se “remojó” con un poco agua que estaba almacenada en una cubeta. “Yo no pude darme el regaderazo acostumbrado”.
Martha no pudo lavar ropa, los trastes se quedaron sucios hasta como a las 12:30 que regresó el agua. Ella comenta que no se explica la razón por la que todos los servicios se afectan, cuando viene un aguacero como el que se registró en la madrugada de ayer.
En Bellavista, también las familias sufrieron los mismos estragos. La señora Ana María Corral de Vargas, quien tiene su vivienda en la calle Palmas número 310, es una de ellas.
“Serían las 4 de la madrugada cuando no tuvimos luz, la refrigeración se paró y también me fijé que no había agua”, aclara la ama de casa quien asegura que empezó la limpieza de su casa, casi a la una de la tarde de ayer sábado.
En Hamburgo y San Antonio, las familias pasaron hasta seis horas sin agua. Joaquín tiene su vivienda en la calle Bugambilias y expone que a las cuatro de la madrugada se fue la luz.
“Nosotros no tenemos refrigeración, pero cuando dejó de funcionar el ventilador me desperté, de hecho, eso fue lo que me despertó, ya que incluso, no me había percatado de que estaba lloviendo”, comenta.
Joaquín dice que desde su casa se alcanza a ver el Periférico y comenta que a esa hora, toda la vía estaba en penumbras. “El mecanismo de los arbotantes también se vio afectado y sólo las farolas de los pocos automóviles que pasaban a esa hora, alumbraban la carretera”.
En San Antonio, Rosa María Escobedo Valdez en la mañana también sufrió las consecuencias de la falta de agua.
“Me di cuenta de que no había luz, porque los ventiladores se pararon, lo bueno es que por la ventana entraba el rocío de la lluvia y el fresco, pero fue en la mañana que se me complicó la vida, pues tenía que ir a casa de unos compadres a un desayuno, porque acompañé como madrina a uno de sus hijos que terminó su secundaria”, relata.
Resulta que sufrió una pequeña crisis porque de la regadera, no salía ni gota de agua.
“Y con toda la pena del mundo, tuve que pedirle el favor a una vecina que me permitiera bañarme en su casa, pues ella tiene cisterna y tinaco… en realidad, me negaba a irme sin bañar a ese desayuno”.