Aunque Germán Martínez llegó sin rival, su elección como dirigente del Partido Acción Nacional (PAN) no fue unánime. Con 330 votos a favor, de 341 votos computados, el panista cercano al presidente Felipe Calderón fue declarado presidente para el periodo 2007-2010.
Manuel Espino, ahora ex jefe nacional del PAN, quien escenificó confrontaciones abiertas con su sucesor, y hasta con Calderón, aprovechó ahora para pedir perdón a los panistas que se ofendieron por su proceder.
Durante su presentación ante el Consejo Nacional, Germán Martínez afirmó que buscará una nueva ruta de “poderío electoral” para su partido en el que su reto mayor será conseguir la mayoría en el Congreso de la Unión.
Martínez, quien hasta hace unas semanas fue secretario de la Función Pública, dijo que buscará convertir al PAN en un partido de centro, con unidad y marcó su línea con el Gobierno Federal, pero le afirmó al presidente Calderón: “Este es su partido”.
“Los asuntos del partido no deben tramitarse en grupos secretos paralelos ni en las oficinas de Los Pinos”, dijo.
En su discurso, para convencer a los consejeros nacionales de ser el próximo jefe nacional del PAN, Martínez Cázares criticó al PRI y al PRD, sus dos contrincantes partidistas.
Del primero, dijo que no permitirá que los “retoños” priistas se vuelvan “bosques de la impunidad”, y del segundo, criticó su postura de “gritar contra la reforma fiscal, mientras estira la mano para obtener su beneficio”.
El panista aclaró que no habrá discordias o diferencias al interior de este partido.
“La nueva dirigencia nacional no será motivo de discordias, el CEN debe estar cerca de sus gobiernos, de los estados y municipios... un partido dividido no es confiable hacia fuera, a sus electores ni a sí mismo”.