Es esta la penúltima semana del año. La última para efectos de este espacio, por ello vale la pena hacer un alto y voltear la vista atrás para intentar enumerar los principales acontecimientos que marcaron este casi terminado 2007 en la región.
El examen, aunque somero debe ser para intentar aprender de las lecciones, no para reprochar, así que hay cosas que vale mucho la pena destacar.
En lo que se refiere a la Comarca, quizá el suceso de mayor trascendencia fue la descomposición abierta de la violencia a escala inédita. Varias personas fueron desaparecidas y atentados a personas de renombre cimbraron a todo mundo. Por desgracia, el miedo es ya otro componente social de La Laguna.
También este año se llegó a una efeméride trascendental: Torreón cumplió el pasado quince de septiembre su primer centenario de vida como ciudad.
Los festejos fueron dignos y sirvieron como ofrenda a los miles de laguneros e inmigrantes que junto a las ciudades hermanas de Gómez Palacio y Lerdo, Durango, han contribuido a la edificación de lo que hoy es una urbe mediana y orgullosa. Hay que tener una madera muy especial para vivir en una tierra polvorosa, de mucho calor y agreste desierto, y ése es otro componente lagunero.
En otro ámbito, si se trata de determinar la función de las autoridades del sector público se va a encontrar claroscuros. Hablar de la Federación es como hablar de Dios, nadie lo ve pero existe, así que en La Laguna no se puede hablar mucho la verdad, así que no vale más de dos líneas, eso es cosa nacional.
En la esfera de las entidades federativas, los resultados son regulares, por el lado de Durango, el gobernador Ismael Hernández Deras con claridad supera lo hecho por su antecesor, el clima social allá mejora y la función oficial, pero el rezago es enorme y falta mucha entrega y capacidad para que se recuperen los años perdidos de pésimo desempeño. Del lado de Coahuila la cosa es más compleja. La encuesta de El Siglo de Torreón muestra que el profesor saltillense Humberto Moreira, cuenta con la aprobación de sus mandantes de la Región Suroeste de su estado (La Laguna) y aunque aquí sus notas son las más modestas en cuanto al resto de las demás regiones de su territorio, la realidad es que cuenta con calificaciones aprobatorias.
Sin embargo, sobre sus hombros habrá que achacarle un grave desequilibrio en su trabajo: Moreira –que es una persona como todos, y que tiene filias y fobias- ha olvidado en lo absoluto la promoción de atracción de inversión a la zona, claro que el gobernador se ufana de los espléndidos números de los que goza como entidad, el problema es que la inmensa mayoría de esa captación va a la capital del estado, así que dentro de tres o cuatro años, la brecha de prosperidad entre Saltillo y Torreón será mucho más manifiesta, y en parte mucho se deberá a lo que este año y el pasado sucedió en este aspecto.
Otro reclamo aunque menor para el novio de esta noche (el gobernador Moreira contrae nupcias hoy en Piedras Negras), es que le entró al juego de las provocaciones y pleitos con el alcalde de Torreón, y con ello se fue al traste mucho de la obra pública que habría que hacerse de manera conjunta, con el resultado de la no-mejora en el nivel de vida de los torreonenses. Hay que reconocer que la modernización del transporte urbano va tomando forma en Torreón y eso será un gran avance, y el mérito es del presidente municipal José Ángel Pérez, que mantiene además su prestigio de estar comprometido con el bien común, su desempeño podría ser más cuestionado.
Por Gómez Palacio y Lerdo se estrenaron alcaldías, así que Ricardo Rebollo y Carlos Aguilera, de Gómez Palacio y Lerdo respectivamente, llevan en el cargo muy poco tiempo como para ser evaluados, sobre todo si recibieron municipios destrozados por Octaviano Rendón y Rosario Castro.
Se fue el año, es el momento de mirar con esperanza y alegría y volver a hacer votos para que todos los miembros de la comunidad puedan sumar esfuerzos para un vivir más digno como sociedad.
