El 2007 será un año difícil de olvidar para los habitantes de la Comarca Lagunera. La paz y tranquilidad que caracterizaban a la región son cosa del pasado. Ahora la cotidianeidad es ver pasar convoys con soldados y policías federales, lo cual hasta hace poco tiempo era una realidad inédita en La Laguna.
En los primeros meses del año se desató una ola de violencia que provocó miedo y psicosis en un amplio sector de la sociedad. Muchos incluso tenían miedo salir a las calles. La paranoia, en ocasiones gratuita, provocó que se generaran chismes y rumores como el que había explotado una bomba en un centro comercial o que un viernes por la noche se efectuaría un ataque masivo en todos los antros de la ciudad. Nada de esto pasó, pero sin duda la calma de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo se perdió.
La semana pasada un nuevo atentado trastocó la tranquilidad y la paz propias de Torreón, en un mes donde todo mundo está más preocupado por celebrar la Navidad. El martes 18 alrededor de las doce del día, tres militares fueron ejecutados en una tienda de teléfonos celulares ubicada en la avenida Hidalgo casi esquina con la calzada Colón, uno de los puntos más céntricos de Torreón y también de mayor conflicto vial. Hasta ese día las ejecuciones, en su mayoría, habían ocurrido de noche, en lugares relativamente alejados de donde el grueso de la población realiza sus actividades cotidianas.
Es cierto, todavía no tenemos los niveles de inseguridad que hay en estados como Tamaulipas, Michoacán o Nuevo León, pero la ola de violencia tomó por sorpresa tanto a la sociedad civil como las autoridades municipales y estatales, quienes no se encontraban preparadas para los ataques del crimen organizado.
En esta ocasión la Navidad en La Laguna será muy distinta, la gente realiza sus compras al mismo tiempo que ve cómo soldados patrullan la ciudad, escena que por sí sola genera temor y angustia. El 2007 será un año difícil de olvidar, ya que será el año donde la violencia y el miedo secuestraron la paz de la Comarca.