Mike Huckabee se ha convertido en una sorpresa en la contienda de los ocho machos que buscan la candidatura presidencial republicana. En las últimas semanas ha dejado de ser un candidato prácticamente desconocido, para empezar a amenazar el dominio en las encuestas del ex alcalde Rudolph Giuliani.
En Iowa, la primera cita del calendario electoral del año próximo, Huckabee mantiene una ventaja de 5 puntos sobre su más cercano rival. Y aunque sus números aún lo ponen 9 puntos por detrás de Giuliani, similar a lo que sucede en la contienda demócrata con Obama y Clinton, Huckabee podría ser la respuesta a la desesperación de los republicanos.
Los ocho que buscan la candidatura presidencial del Partido Republicano están atrapados en las paredes ideológicas de la base más dura de su propio partido. La mayoría no ha construido una candidatura que seduzca a un elector general, a votantes independientes y a demócratas conservadores. Casi todos están ahora concentrados en seducir sólo a los militantes de su partido, pero descuidando la gran fecha de noviembre del año próximo.
En efecto, en el Partido Republicano hay indefinición. Mientras entre los demócratas ya se asume que Hillary Clinton será la candidata de su partido, y por ello la senadora está construyendo una campaña moderada en temas sociales y económicos, apelando al votante independiente y a los republicanos más liberales (porque sabe que tiene perdido el voto de la base dura conservadora republicana), entre los republicanos la batalla ahora es por ver cuál de los ocho se convertirá en el macho alfa.
Ello explica, en parte, por qué las preferencias del voto están tan cerradas en la contienda republicana sin que exista una clara y fuerte ventaja por parte de Giuliani. En efecto, la última encuesta de Gallup muestra una cerrada contienda en la que ex alcalde tiene una intención de voto de 25%, seguido por Huckabee, con 16%, y por Thompson y McCain, con el 15%.
Paradójicamente, Huckabee tiene algo de “clintonita”. Nacido en Hope, Arkansas, la misma localidad que vio nacer a Bill Clinton, Huckabee logró lo impensable. En 1996 se convirtió en el primer gobernador republicano de su Arkansas en 25 años. Su éxito electoral en tierra demócrata se lo debe nada más y nada menos que a Dick Morris, el mismo estratega electoral al que Bill Clinton le debe haber ganado la elección a gobernador de Arkansas y el mismo que lo llevó a la Casa Blanca en 1992.
Para ganar Arkansas, Huckabee realizó una campaña moderada. Ocultó sus valores tradicionales (es anti-aborto, anti-derechos gays, pro-armas) para presentarse como un republicano progresista en materia económica y medio liberal en temas de inmigración. Como gobernador apoyó varias iniciativas para incentivos fiscales para las clases medias y medias bajas y para permitir que su estado financiara la educación de migrantes ilegales.
De todos los candidatos republicanos, Huckabee parece ser el único que piensa en la elección general de noviembre. Su buen desempeño en los debates republicanos empiezan a darle notoriedad y si gana Iowa podría conseguir un momentum que lo ayude a vencer su mayor obstáculo: la urgente falta de dinero.
Su problema de dinero podría verse solucionado en breve. Huckabee se convirtió ya en el candidato favorito del grupo más activo política y económicamente del Partido Republicano: la derecha cristiana. Ministro bautista, con estudios de teología y que cita la Biblia de memoria, el ex gobernador podría empezar a recibir los millones de dólares que mueven estos grupos si consolida su reciente status de puntero.
Al igual que Bill Clinton en la elección presidencial de 1991, Huckabee empezó muy atrás en las encuestas, pero lentamente avanza en los números. Si logra la candidatura de su partido, Huckabee, el Clinton republicano, bien podría ser la amenaza más fuerte para Hillary, a quien algunos, como José Merino, ven como la única y verdadera Clinton republicana.
Politólogo e Internacionalista
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