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Un merecido reconocimiento/Addenda

Germán Froto y Madariaga

Es bien sabido que uno de los valores más importantes que poseemos es el de la amistad.

Por ello, me resulta especialmente sencillo y agradable poder hablar de las virtudes de uno de mis amigos que acaba de ser distinguido con un premio estatal, entre otras cosas, por sus seis décadas de periodista.

Se trata de un hombre que al través de su pluma es conocido en todo el estado: El licenciado Roberto Orozco Melo.

El Instituto México Americano de Relaciones Culturales (IMAC) le otorgó el Reconocimiento al Mérito Cultural 2006, a don Roberto, por sus muchos años de participar en actividades culturales y en el periodismo.

Muchas son las historias, vivencias y anécdotas que en torno al señor Orozco Melo se pueden contar, pues sus múltiples actividades le han permitido construir una amplia red de amigos en todo el estado que hasta la fecha mantiene, pues es una gente querida y respetada en todo el territorio de Coahuila.

Hombre generoso y culto, don Roberto tuvo la oportunidad de incursionar en el mundo de la política en donde desempeñó cargos tan importantes como el de alcalde de Saltillo y el de Secretario de Gobierno, desde los cuales respondió a la confianza que en él se depositó y a muchas personas con respuestas positivas a sus peticiones y buen trato.

Una de las cosas que más he disfrutado durante mis años en Saltillo, son las reuniones con don Roberto, aunque hace ya rato que no nos juntamos a compartir la mesa, razón por la cual las últimas veces que lo he visto me reprocha esas ausencias y me amenaza con borrarme de la lista de sus amigos, por más de que sé que nunca lo haría dada su generosa actitud.

Don Roberto tiene toda una vida dedicada al cultivo de la cultura y el periodismo, aunque estoy seguro de que ha disfrutado cada momento que en esos terrenos ha vivido, no por ello deja eso de ser loable.

Amante como pocos de su tierra natal, Parras, ahí fue donde hizo sus primeras incursiones en el periodismo y la cultura, que luego continuaría en Saltillo, cuando se trasladó a aquella ciudad.

Es siempre un verdadero deleite leerlo, por la facilidad que tiene para hacerlo y por las anécdotas que suele contar, cuando vienen a cuento.

Aquel espacio final, ?la pesca sin anzuelo?, que durante años utilizó en sus colaboraciones era muy interesante. Tanto lo era, que esa idea dio origen a uno de sus libros más conocido al que él denominó: ?De carne y huesos?, en el que recopiló muchas de sus anécdotas políticas.

Platicar con don Roberto, es siempre grato y formativo, sobre todo para quienes compartimos la pasión por el periodismo o cuando menos, por la tarea de colaborar con periódicos.

Es de los pocos que recibió una importante distinción de don Antonio de Juambelz. Se cuenta que Don Antonio tenía por norma que nadie que desempeñara un cargo público podía escribir en El Siglo de Torreón, por razones obvias. Sin embargo, cuando don Roberto fue secretario particular del ex gobernador Eliseo Mendoza Berrueto, conociendo esa norma de don Antonio, intentó dejar de colaborar para este periódico para ajustarse a esa norma. Don Antonio se negó a otorgarle la autorización y le pidió que siguiera escribiendo para el periódico, a lo que don Roberto accedió, pues comprendió que don Antonio lo hacía como una gran deferencia a su calidad humana y profesional.

Hombre objetivo y ponderado al hablar y escribir, don Roberto es hoy por hoy uno de los editorialistas más respetados y reconocidos del estado. Su calidad, en esos ámbitos, no la pone en duda nadie.

Además de su pasión por el periodismo y la cultura, tiene don Roberto una más que es la pasión por sus hijos, fruto de su matrimonio con una gran mujer: María Elena Aguirre.

Pero además de ello, tiene don Roberto una veta que ojalá y algún día se decida a explotar en mayor grado: La poesía. Para quienes lo conocemos, nada nos resultaría más grato que poder leer sus poemas. Desde aquéllos hechos en su juventud y dedicados a su hoy esposa.

El IMAC cuida mucho los premios que entrega y esta vez no fue la excepción.

Para quienes tenemos la fortuna de contar con su amistad, es profundamente grato el que se haya otorgado ese reconocimiento a nuestro buen amigo Roberto Orozco Melo.

Por ello, nos sumamos a ese reconocimiento, deseándole larga vida y que la podamos compartir con él, para seguir disfrutando de su cultura y don de gentes.

Enhorabuena, don Roberto.

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