Así es el deporte en general. Da sus días de gloria y también de los otros. En los primeros los héroes son, por ese tiempo, los que les toca hacer repicar las campanas. Al día siguiente empieza otra historia, hasta para los más sobresalientes.
Y los que están en activo, los que todavía anhelan reverdecer laureles, necesitan actualizar día con día hazañas que los mantengan como seres superiores. Y esto va para todos los que están en la cancha y los que están dirigiendo desde el banquillo.
Lo del pasado, atrás quedó. Podrá servirles a los que están vigentes para conseguir un buen trabajo y para que si alguien se acuerda les hagan homenajes, y nada más, porque la nueva historia tendrá que escribirse en los nuevos días, minuto a minuto.
Y se ve mal que alguien que ha sido figura lo ande pregonando por todas partes. Eso le corresponde a la gente, a la afición. El ?yo-yo? siempre se ve muy mal en boca de los que son grandes. El deporte es como el amor, siempre se tiene que estar actualizando.
Hoy Santos Laguna vive momentos muy difíciles, los que viene arrastrando de varias temporadas atrás. Necesita del trabajo de gente muy capaz y muy profesional. Y eso lo saben más que nadie los directivos, que al contratar o recontratar debieron exponer lo anterior.
Porque los personajes que han llegado necesitan revalidar sus blasones, sus títulos este día, y mañana y los que restan de aquí al 28 de abril, cuando se cerrará el capítulo regular del Clausura 2007 y quede definido quién se queda y quién se va.
