Así es esto. Mucho ruido y pocas nueces. Del debut de Hugo Sánchez como técnico de la Selección Mexicana se hizo tanto ruido que muchos se la creyeron, pensando que ahora sí se arrollaría a los rivales, empezando con Estados Unidos.
Pero otra vez el Tri volvió a topar en roca. A los güeros no se les puede ganar, menos en su casa. Y se dice lo mismo. Estuvimos cerca, ya merito y a la próxima. Y los más ecuánimes ni se alborotaron, pensando que primero había que ver y luego comentar.
Pero en la nueva derrota, primera para Hugo, hubo cosas positivas, como esa aportación mostrada por Andrés Guardado, el jovencito del Atlas que no sólo por banda izquierda hizo travesuras, pues andaba por toda la cancha, incluyendo el lado derecho.
Guardado hace que se ponga más atención en la gente joven, y se deje descansar a las glorias de antaño, algunas de ellas como Pavel Pardo y Cuauhtémoc Blanco, con necesidad de un descanso para dejarle el lugar a los que empiezan.
Estados Unidos, con Bob Bradley como nuevo técnico, mostró orden y fuerza en la zona defensiva, con una media cancha movible y apoyando a la defensiva y ofensiva, y un Landon Donovan inspirado, buscando siempre hacer daño y haciendo su gol.
México tiene que seguir buscando la eficiencia de su zona defensiva, pues el primer gol norteamericano fue un gran descuido ya que el anotador ni siquiera saltó y no hizo mayor esfuerzo. Y a la hora de concretar, no hay que pensarla dos veces.