Actitud, ganas de salir a darlo todo. Esas serán las condiciones fundamentales si Santos Laguna quiere ganar su último partido del actual torneo al Cruz Azul, un rival siempre difícil, plagado de estrellas y con un buen arquero llamado Óscar Pérez.
El “Conejo” es un elemento de tanta enjundia, que ya en los últimos minutos, cuando su equipo busca un empate o una victoria va él mismo frente a la portería contraria a buscar ayudar anotando un gol, lo que ya ha conseguido.
Así pues, los jugadores del Santos tendrán que ponerse las pilas, entender que su futuro y su próximo contrato está sujeto a lo que digan sus estadísticas personales, con el complemento de lo que ocurra en este partido final ante la Máquina.
Nadie ignora que Querétaro ha salido adelante y se ha colocado en posición de salvación gracias a su entrega en cada partido, porque todos, desde el portero hasta los delanteros, están metidos al 100 por ciento en cada partido, como si fuera una final.
Y eso pone a pensar a los más mesurados y a los que saben que el Atlas ha venido a menos, característica de los equipos que dirige Rubén Omar Romano, que empieza sus labores en cada equipo comiendo lumbre y termina apagando cigarrillos.
No hay duda que la afición del Santos, como el digno y relevante jugador número doce que ha estado toda la temporada apoyando, estará en el Corona dando su gran respaldo a unos verdiblancos que ojalá salgan con alma y corazón a entregarse.