Así es el futbol, da cada sorpresa. Cuando salimos el miércoles del Corona, después de que San Luis derrotó con solitario gol de Braulio Luna a los Guerreros, muchos pensamos que el “relax” que mostraron los de casa era ya la despedida en este torneo.
Y lo mismo pensamos ayer al transcurrir el partido, porque Santos tenía chispazos de futbol pero seguía relajado, hasta que Fernando Ortiz abrió el ostión y anotó, luego los demás se animaron al fin y hasta los de la banca.
Y luego Agustín Herrera y Daniel Ludueña fallaban después de que se crearon grandes oportunidades, hasta que Walter Jiménez que había estado fallando, apareció y mandó el trallazo que no pudo detener Adrián Martínez, y Santos quedó adentro, en la liguilla.
Esto es un premio, pero también una lección al equipo de la Comarca, que debe seguir buscando la gloria, pasado ya tanto susto y soportando tantas adversidades. Hoy todo es ganancia pero hay que saber aprovechar el momento que se vive para jugar mejor.
Y conste que los delanteros siguen sin aparecer, unos por estar castigados, que ahora todo indica serán dos: Matías Vuoso y Oribe Peralta, con lo que se vuelve a presentar la oportunidad para Agustín Herrera y para Paco Torres que sabe encarar e ir al frente.
Santos, después de mucho tiempo y muchos sufrimientos, está nuevamente en la fiesta grande. Esto es un gran premio para la afición santista, jugador número doce, que ha sabido comportarse con gran categoría y a la que enviamos una felicitación.