Otra vez Jared Borgetti, con una oportuna anotación, le da el triunfo a la Selección Mexicana de futbol ante un equipo de Costa Rica que en lugar de luchar con caballerosidad, como era su tradición, se dedicó a golpear y reclamar, perdiendo la cabeza y a tres hombres.
Las acciones empezaron niveladas, pero conforme fueron pasando los minutos México fue apoderándose del balón, mas su falta de contundencia volvió a aparecer sobre una cancha en pésimas condiciones, indigna del torneo Copa Oro.
Lo importante es que esta vez los mexicanos no se desesperaron ni cayeron en las provocaciones de los jugadores ticos, dedicándose a buscar los huecos por dónde hacer daño al rival, mientras que los balones a modo caían cerca de Jared, que no podía concretar.
Así las cosas, terminó el espacio reglamentario y se recurrió a los tiempos extras, ya con la aparición de Cuauhtémoc Blanco y de Adolfo Bautista, que jugando casi en la misma posición se dedicaron a buscar la forma de hacer daño al rival.
Y fue cuando Cuauhtémoc Blanco encontró el hueco para mandar el pase al Bofo, quien con su capacidad natural mandó el balón medido matemáticamente para que Jared lo prendiera y anotara por fin el que sería el gol del triunfo.
El futbol de Costa Rica, que tanto ha avanzado, no debe dar pasos atrás ni enviar a las competencias foráneas a jugadores agresivos que pueden terminar con la carrera de otros que sin deberla ni temerla pagan por los enojos de los ticos.
