Casi desde que inició el partido México-Nueva Zelanda, dentro de la Copa Mundial Sub-20, Osmar Mares Martínez, nacido en Torreón, Coahuila, se fue por banda izquierda burlando rivales, hasta quedar cerca del arquero Jacob Spoonley.
Pronto se vio que el de la Comarca Lagunera, a pesar de no haber tenido acción frente a Gambia y Portugal, reclamaba un lugar que buscó mucho tiempo atrás, quizá desde la selección juvenil que fue a Japón, donde también lució.
Con un juego de primera intención, pases precisos, picardía en el avance y robo de balones al contrario, la pequeña figura de Osmar se agigantaba hasta que logró plenitud con su gol, que al final sería el del triunfo.
Porque aunque Christian Bermúdez había puesto adelante a México con un gran gol, los roperos rubios empujaban y golpeaban para mostrar su superioridad en estatura y fuerza, lo que no amedrentaba a los morenitos mexicanos.
Al minuto 78 de tiempo corrido, Osmar cerró la pinza para anotar el segundo gol mexicano, y la historia aún no terminaba, pues ya en los últimos minutos del encuentro, el gigantón capitán Jack Pelter anotaría el único neozelandés.
Lo de Osmar es un premio al trabajo de las fuerzas básicas de Santos, que en la época de Mauricio Peña alcanzó alturas ya esperadas, al colocar a varios de sus jugadores dentro de varias selecciones juveniles y a Reyes y Olvera en la Mayor.