Ante Argentina todo volvió a la normalidad. Así que a dejar los sueños y soltar el lazo de la campana, no agitarlo por ahora, y a seguir trabajando pues hay promesas a la vista, con ese trabajo de los jóvenes con Nery Castillo, Andrés Guardado, Jaime Correa, etcétera.
Hubo intentos de lograr algo en el primer tiempo, pero no pudieron concretarse oportunidades que se lograron, como ese disparo de Andrés Guardado que se estrelló en el poste, y en el segundo tiempo ese intento de Nery Castillo que corrió igual suerte.
En la segunda parte, cuando Argentina se adueñó del balón y las acciones, pronto se vio que los cambios que hacía Hugo Sánchez no eran afortunados, lo que le permitió a Alfio Basile reorganizar el accionar de sus albicelestes y encaminarse al triunfo.
La goleada ante Paraguay había desatado el canto de los jilgueros, pero los ecos de esos trinos se apagaron con el triunfo de los pamperos. México debe dejar de estar estancado para empezar a avanzar con firmeza, utilizando el trabajo de sus jóvenes.
Por eso es oportuno repetir que esa disposición de nuestro futbol, de abrirle espacios a la nueva generación es muy importante. Se debe enfocar la atención a lo que podamos sembrar y cosechar, para que algún día tengamos mejores resultados.
Una generación está de salida, otra, por medio de la Sub-17 y la Sub-20 está abriendo las puertas de otra época que debe ser mejor si se le da toda la atención que requiere, y poniendo al frente personas capaces, bien preparadas.