Cristian Mijares está convertido en la gran figura del deporte lagunero. Sus triunfos no son obra de la casualidad, sino producto del trabajo constante y el apoyo de un gran equipo que está detrás de él, empezando con su tío Vicente Mijares.
Lo que ha logrado Cristian podría ser frágil y fugaz si no sabe cuidar su carrera. Cada campeonato es un compromiso para conservarlo, para cada día realizar sólo lo que ayude y respalde lo obtenido, nada de tentaciones.
Y lo decimos porque en estas tierras se batalla mucho para lograr algo, máxime si estamos hablando de un campeonato. Así que ojalá Cristian se mantenga al margen de muchas distracciones propias de la gente de su edad.
Algunas veces, cuando íbamos al gimnasio de su tío, en Gómez Palacio, lo veíamos creciendo, dejando la niñez y trabajando ya en el gimnasio. Temprano empezó a prepararse para la realidad que hoy vive.
El mismo viernes, día de la pelea, Cristian estuvo en la reunión del Santos Laguna anunciando la venta de abonos. Ahí departió con los directivos del equipo y todos los que ahí nos encontrábamos, se le veía muy contento.
Y de muchos de nosotros salía el pedimento para que se fuera a descansar y estuviera bien preparado para en la noche. Él sonría y nos decía que de ahí iba a visitar a su mamá y luego a descansar. Por la noche, su triunfo fue indiscutible.