A balón parado, Santos Laguna, por conducto de Daniel Ludueña, consiguió dos goles que le significaron su primer triunfo ante la Máquina de la Cruz Azul, rival que luchó y se entregó pero no tuvo tino al ir a la ofensiva, anulada por la zaga local y Oswaldo.
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Se volvió a ver aquél Santos bullidor, batallador, alegre y lleno de entusiasmo, agradando a su afición, a la que pareció llevarla a una plaza de toros, por los muchos oles que se escuchaban cuando paseaba el balón de un lado hacia el otro.
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Un Estadio Corona hasta los topes, con una afición que disfrutó un buen partido, pues el rival ha ganado el respeto en todas partes, pero esta vez fue superado por un equipo que sigue remando contra la corriente buscando su salvación.
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Gran entendimiento se vio entre Daniel Ludueña y el debutante ecuatoriano Christian Benítez. Ambos juegan de primera intención y esto permitió que el nuevo delantero albiverde se fuera en escapada, siendo detenido en el área para un penal.
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Y apareció la serena figura del Hachita, quien con su toque privilegiado anotó el primero de la tarde, lo que hizo que los azules reaccionaran y dominaran acciones, pero sin éxito en el ataque, pues ni el mismo “Chelito” Delgado podía hacer daño.
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Y con otro golazo, a balón parado, del mismo Ludueña se puso el número definitivo al marcador, pues lo demás fue pasear el balón, hacer cambios, mostrar gente nueva que podría también ayudar a este equipo que tuvo un arranque exitoso.
