Nada comparado con lo que vivió Santos en las pasadas campañas, especialmente al inicio de la anterior, cuando las cosas se veían desde el fondo del abismo. Lo que le ocurre a Atlas, Tigres y Monterrey, especialmente a sus aficiones, está más grave.
Porque Santos jugaba bien, se entregaba, pero las victorias no llegaban, en cambio Atlas va de golpe y porrazo camino a la Primera A, y lo mismo le ocurre a los otrora temibles y orgullosos Tigres, y a los que antes llamaban la Pandilla.
Tomás Boy, con problemas en el talón de Aquiles, que lo obliga a usar muletas, ya hizo sus primeros corajes viendo caer a sus rojinegros, ahora ante los Pumas, que han vuelto a las andadas y estarán el domingo en el Corona buscando alargar su buena racha.
Tigres no encuentra la salida del hoyo. El “Tolo” Gallegos luce desesperado y la gente se mete en serio con los jugadores, principalmente con “Kikín” Fonseca, que luce banda rosa y cero efectividad. No se diga Walter Gaitán, antes llamado el “Divino”.
Y en Monterrey las cosas están peor. Ahí Luis Miguel Salvador es el blanco de los ataques, y a la afición no le gustó la contratación de Isaac Mizrahi para sustituir al “Piojo” Miguel Herrera, conociendo sus limitaciones para dirigir y tratar al prójimo.
Aquí, mientras tanto, Santos Laguna inició su preparación para recibir a los Pumas de Ferreti, y a estas alturas del campeonato todos saben de la peligrosidad de Esteban Solari, que lleva los mismos goles que Ludueña (ocho) y además se mueve por todos lados.