El famoso Torneo Interliga, en el que se buscan lugares para equipos mexicanos en la Copa Libertadores, ha llegado a establecerse que es sólo un medio para que algunos vivos saquen dólares y aprovechen la colaboración de equipos mexicanos.
Cada año las protestas de técnicos y jugadores van en aumento, porque el famoso torneo está mal diseñado, mal calendarizado y mal elaborado. Lo ideal, opinan muchos, es que sean los equipos mejor colocados al final de temporada los que asistan.
Simple y sencillamente porque hicieron méritos a lo largo de toda una temporada, no sólo para estar en la liguilla sino en los torneos foráneos, a los que por fin tiene acceso, después de muchas gestiones para codearse con lo mejor de nuestro continente.
Así pues, si se tomara en cuenta a los mejores del pasado torneo, Santos tendría un lugar asegurado, pues fue el superlíder y el que mejor se comportó a lo largo de toda la campaña, mereciendo por ello infinidad de elogios, pero nada más.
Nuestros representantes del futbol mexicano deben pugnar porque la participación de equipos sobresalientes mexicanos sea una realidad, y no prestarse a secundar el juego de vividores del deporte, que quieren su tajada de todo lo que se ponga de modo.
Esta famosa Interliga es un negocio de unos cuantos, que afecta a muchos equipos en su plan de trabajo, ya que hay muchas cosas en juego en cada partido. Ojalá que quienes manejan la Federación Mexicana de Futbol se actualicen y se pongan más vivos.
