Realizan marcha para exigir a las autoridades que paren el tráfico de menores.
El "precio" de cada uno de los 60 millones de niños víctimas del tráfico de menores en la India oscila entre nueve y 40 euros, según la ONG Bachpan Bachao Andolan (BBA), una situación "insostenible" contra la que se han manifestado en la capital india unas cinco mil personas.
Tras recorrer unos 4,000 kilómetros en un periplo que partió hace un mes de Calcuta (este) y que continuó por el norte del país y Nepal, la Marcha Surasiática contra el Tráfico de Menores desembocó hoy en Nueva Delhi en medio de proclamas que instan al Gobierno indio a parar los pies a este lucrativo negocio.
La BBA (en español, "Fundación Salvemos a la Infancia"), organizadora de la marcha, ha propuesto al Ejecutivo indio varias enmiendas a la vigente Ley de Prevención de Tráfico Inmoral para imponer sanciones más duras a los traficantes de menores.
Esta idea ha sido apoyada por organismos dependientes de la ONU, como Unicef y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), además de más de 200 grupos de la sociedad civil india.
El organizador de la iniciativa, Kailash Satyarthi, relató en la ceremonia de clausura de la marcha el caso típico de un menor que la ONG encontró a su paso por el norte de la India.
Según Satyarthi, el niño iba a marcharse a Delhi con su "tío", que le había prometido comida, educación, ropa y un hogar, aunque su madre no quería que su hijo se marchara.
Después de que la ONG insistiera en preguntar al niño si de verdad quería irse, el menor acabó confesando entre sollozos: "No es mi tío, no es mi tío".
Un traficante había ofrecido a su padre mil rupias (unos 17 euros) por el niño, que finalmente fue "rescatado" junto a otros muchos a lo largo de este mes, según Satyarthi.
En la ceremonia también han ofrecido su testimonio varios menores, entre ellos Rakesh, un niño de 13 años procedente del estado nororiental de Bihar.
"Yo estudiaba. Pero me dijeron que tenía que trabajar. Vino un hombre y me dijo que me pagaría por irme a Punjab (estado del noroeste). Estuve seis años trabajando en la construcción sin poder hablar con mis padres", relató Rakesh ante un amplio auditorio.
"Por ninguno de los niños que hemos encontrado se pagaban más de dos mil rupias (unos 35 euros)", aseguró el organizador de la marcha, acompañado en su alocución de diplomáticos y altos cargos del Gobierno indio.
"¿Hasta cuándo vamos a tolerar este crimen contra la Humanidad?", se preguntó Satyarthi, quien añadió: "El Gobierno tiene que tomar medidas".